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La OMC abre la puerta a mantener las ayudas al gasoil si la pesca es sostenible

S. S. REDACCIÓN / LA VOZ

PESCA Y MARISQUEO

Pesqueros reflejados en un surtidor de combustible en un puerto gallego (foto de archivo)
Pesqueros reflejados en un surtidor de combustible en un puerto gallego (foto de archivo) J.M.CASAL,

La flota defiende las exenciones porque la UE no sobreexplota los recursos

14 nov 2021 . Actualizado a las 04:45 h.

Persistían tantas «diferencias» en la Organización Mundial del Comercio (OMC) sobre la retirada de las ayudas al gasoil pesquero, que su presidente volvió a replantear la propuesta. Santiago Wills sigue proponiéndose «propiciar un mayor grado de convergencia» ante la conferencia ministerial prevista en Ginebra (Suiza) del 30 de noviembre al 3 de diciembre. Y así se explicaría que ahora deje abierta la puerta a mantener esas ayudas si en el país o países se «demuestra que se aplican medidas» para conservar las pesquerías «en un nivel biológicamente sostenible».

La Unión Europea (UE) representa a los veintisiete Estado que la integran como una de las 164 partes contratantes de la OMC. Ejemplo de pesca sostenible serían las reguladas por la UE, donde «el 99 %» de las capturas proceden de poblaciones en equilibrio medioambiental, económico y social, sostiene Europêche, la gran patronal comunitaria del sector. Cuando otros países «han aumentado exponencialmente» sus flotas, la UE las ha reducido un 22 % en 20 años y en 10 ha rebajado un 18 % sus emisiones de gases de efecto invernadero. Porque eliminar las exenciones al gasoil «traería pocos beneficios ecológicos» y, sin embargo, «arruinaría» a la flota y condenaría a desaparecer a muchas empresas, Europêche emplaza a la UE «a no sucumbir a la presión externa» y a defender en la OMC ese tipo de apoyo. Eso sí, comparte «la necesidad de frenar los subsidios dañinos a nivel mundial».

¿Cómo demostrarlo?

En su pormenorizado razonamiento de los últimos cambios, Wills apunta que acreditar la sostenibilidad «no debería ser un marco rígido que pueda aplicarse de una sola manera a todos y en todas las circunstancias». Miembros de la OMC proponían aclarar qué se entiende por demostrar la buena salud de las pesquerías, aunque el presidente optó por aparcar ese tipo de detalles porque «no podemos elaborar una norma multilateral lo suficientemente amplia» que incluya todas las particularidades.

Las flotas española y comunitaria temen perder las exenciones porque minarían su competitividad. Los carburantes representan hasta el 40 % de los costes de explotación de los barcos. Ahora el litro de gasoil pesquero en Galicia ronda los 59 céntimos, el también bonificado de la agricultura pasa de 1,02 euros y el general supera los 1,30. Públicamente no ha trascendido cuál podría ser el precio del pesquero si la OMC prohíbe subsidiarlo y la UE lo aplica.

La «salvedad» introducida por la OMC en esta última revisión sobre las subvenciones también da pie a seguir adelante en la UE con la modernización de barcos para atraer jóvenes y alentar el relevo generacional. Europêche subraya que esos y otros apoyos del Fondo Europeo Marítimo de Pesca y Acuicultura (FEMPA) son un sistema de financiación «avanzado, innovador y transparente».

«Trato especial» a la bajura

Para la OMC, inyectar fondos públicos en la mejora de buques contribuye a la sobrecapacidad o la sobrepesca. Igual que dedicarlos a maquinaria de clasificación o limpieza del pescado, a sostener los precios, a asistencia en el mar o a cubrir pérdidas de explotación, entre otros.

También en aras de un consenso que lime las divergencias, el organismo acepta «un trato especial y diferenciado» para la pesca artesanal y a pequeña escala de los países en desarrollo. Pendiente de las negociaciones, como punto de partida para permitir las ayudas públicas sería que su producción pesquera no supere el 0,7 % de la mundial y que los barcos de bajura faenen a 12 millas de la costa.

El sector advierte de la pérdida de la soberanía alimentaria si le suben el carburante

Las negociaciones en la OMC sobre subvenciones a la pesca se iniciaron en el 2001 en Doha, prosiguieron en Hong Kong con un llamamiento explícito a la prohibición de subsidios que contribuyan a la sobrecapacidad y la sobrepesca y, en el 2017 se programó en Buenos Aires el trabajo que ahora quieren culminar en la conferencia de Ginebra.

La OMC trae en jaque a quienes viven del mar en la UE, abanderada mundial de la sostenibilidad pesquera y del control de la flota. Desde el sector advierten que retirar los carburantes bonificados rompería la igualdad en las reglas del juego frente a potencias pesqueras como, por ejemplo, China. Entre otras razones, porque ese Estado omitió informar a la OMC sobre los subsidios a su flota y, también, porque el 85 % de ellos serían perjudiciales para la sostenibilidad, estima la oenegé Oceana.

Juan Manuel Liria, presidente de la patronal española Cepesca, alertó días atrás sobre la «guerra abierta y desleal para acaparar los recursos marinos». Porque si los Veintisiete encareciesen finalmente los carburantes la UE dependería aún más de países terceros para abastecerse de productos del mar, llama a las autoridades a «estar muy atentas a la batalla silenciosa y estratégica» por un alimento sano, nutritivo y el de menor huella de carbono en su producción.