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Bruselas plantea vedas este invierno en el golfo de Vizcaya para reducir la pesca accidental de delfines

S. S. REDACCIÓN/ LA VOZ

PESCA Y MARISQUEO

Imagen de archivo de delfines en la ría de Arousa
Imagen de archivo de delfines en la ría de Arousa BDRI

Vitcheva pretende evitar que se enreden más de 4.927 al año en determinados aparejos

26 oct 2021 . Actualizado a las 04:45 h.

«Inciertos» son los datos que manejan los científicos sobre los delfines en el Atlántico nororiental, donde calculan que podría haber 634.286. Aun con las «incertidumbres» sobre cuántos se enredan en aparejos, estiman que los 1.072 varados en Francia de enero a abril del 2019 indican que 11.300 habrían sido capturados accidentalmente. Para proteger a esos cetáceos aconsejan reducir la mortalidad anual a 4.927 ejemplares. Visto que las medidas aplicadas hasta ahora no lo garantizan, Bruselas plantea vedas de pesca este invierno.

Charlina Vitcheva, directora general de Asuntos Marítimos y de Pesca en la Comisión Europea, le ha transmitido esa intención al Consejo Consultivo del Aguas del Suroeste Atlántico (SWWAC, por sus siglas en inglés). Este año lo preside España, con Isabel Artime, directora nacional de Pesca Sostenible.

Para evitar «que miles de delfines» perezcan este invierno, Vitcheva se remite a las recomendaciones del Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES, en inglés). Analizó medidas de «emergencia», incluidas las de veintidós oenegés que denunciaron a quince países de la Unión Europea (UE) por no proteger a los cetáceos. Después, la Comisión expedientó a España y a Francia, obligándoles, entre otras medidas, a emplear disuasores acústicos («pingers») para mitigar la pesca accidental.

Propuestas de mínimos y de máximos

Según los científicos, el arrastre pelágico, el cerco danés, las volantas o el arrastre de fondo representan «altos niveles de amenaza» para los delfines. Su impacto sobre ellos no superaría los 4.927 anuales prohibiéndoles faenar en el golfo de Vizcaya de mediados de enero a mediados de febrero, rebajando su actividad un 40 % todo el año o combinando el uso de «pingers» todo el año con una veda de dos semanas, a finales de enero. Aplicando la máxima protección, lo que significaría que no se enredasen más de 493 cetáceos al año, habría que cerrar la pesca 4 meses, de diciembre a marzo; o de enero a marzo y de mediados de julio a mediados de agosto; en ambos casos empleando los disuasores acústicos el resto del año.

Vitcheva también anima al SWWAC a probar en las redes diferentes tipos de «pingers» o los reflectores de luz ya experimentados en el Mediterráneo.