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El cerco gallego compró más de 600 toneladas de sardina en el golfo de Cádiz

e. abuín REDACCIÓN / LA VOZ

PESCA Y MARISQUEO

MONICA IRAGO

Acerga reprocha a Pesca que no reparta lo que posiblemente sobre en el sur

26 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El pasado 27 de agosto se acabó la sardina para la flota gallega. No es que dejase de verla -la sigue encontrando en la sonda aún a día de hoy-, es que agotó las posibilidades que le correspondían en ese reparto que hicieron España y Portugal para que Bruselas no impusiese un TAC (total admisible de capturas) y acabase reduciéndolo a cero. Y ahora resulta que, precisamente por no tener un TAC, se va a quedar al margen del reparto de cuotas sobrantes que a partir del próximo mes se hará en virtud de la orden Ómnibus, como se conoce al mix normativo que es la orden APA/315/2020, de 1 de abril, que tanto fija criterios para gestionar las cuotas de pesca, como regula la actividad de las flotas o pone cupo al besugo.

Esa fue, al menos, la justificación que el viernes dio Héctor Villa, subdirector general del Caladero Nacional y Aguas de la UE de la Secretaría General de Pesca al hecho de que la sardina quede fuera de esas bolsas que, en virtud de esa norma, se forman a partir del 1 de octubre con lo que les sobra a aquellos barcos que es materialmente imposible que agoten sus cuotas antes de finales de año. Eso -que la sardina está al margen de los TAC- y que el plazo temporal no coincide con el del resto de los stocks, dado que la sardina entrará en veda el 1 de noviembre.

Una exclusión, la de la sardina, que ha levantado ampollas entre los cerqueros gallegos. En las jornadas sobre prácticas de pesca sostenible organizadas en Sada por Acerga (Asociación de Armadores de Cerco de Galicia), el colectivo recordó que solo los cerqueros de su asociación han realizado transferencias temporales de pesca -un eufemismo de compra- con armadores del golfo de Cádiz, que les dejaron obtener 600 toneladas para pescarlas en Galicia. Una operación que les permite alargar la temporada de pesca pero a cambio de recortar los beneficios en casi un 40 %, según cálculos de la asociación. Porque no se querrá llamar compra, pero dinero hay que abonar.

Representantes de Acerga, entre ellos su presidenta, María del Carmen Chamorro, reprocharon al representante del ministerio -que intervino telemáticamente- esa exclusión porque no se entiende que «vaya a sobrar cupo en el golfo de Cádiz cuando en el Cantábrico estamos escasos de ella». «Cuando, además, es la única pesquería efectiva que tenemos», con el jurel desaparecido, el bocarte cerrado, la xarda fuera de temporada y boga escasa, resumió Andrés García, de Acerga.

Villa apostilló que no está tan claro que vaya a haber sobrante. Y no porque, como sugirió Chamorro, se haya venido «previo pago» para Galicia, sino porque «ahora mismo el consumo de la flota del golfo de Cádiz está creciendo y ya no parece que vaya a sobrar tanto». De todos modos, «no lo vemos y en el marco jurídico no entra», insistió. La caballa sí va a entrar, pero Madrid está valorando si repartir o dedicar el excedente a pagar las 5.500 toneladas de multa que habrá que pagar en el 2020 por la sobrepesca del 2009.

Admitió, eso sí, que las transmisiones temporales de sardina han generado polémica tanto entre flotas de distintas comunidades como entre la del propio golfo de Cádiz. Al respecto, Villa recordó que la normativa impide que un barco ceda durante dos años seguidos más del 80 % de su cuota.

Y no solo eso. La legislación establece la posibilidad de hacer prescribir las posibilidades de pesca. Así, cuando no se pescan reiteradamente, el barco las perderá y serán distribuidas. Es un recurso que no se ha utilizado, pero puede llegar a suceder.

Todas las bolsas de cuotas sobrantes han sido utilizadas al menos por una embarcación

La orden Ómnibus aún lleva la L de novato. Está todavía en pruebas. Ensayo y error. Ha habido que corregirla en dos ocasiones, según explicó el viernes Héctor Villa, y es probable que haya que hacerlo más veces, pero lo cierto es que, a su juicio, ha supuesto un paso importante a la hora de optimizar el consumo de las cuotas pesqueras asignadas a España.

No sin polémica por las expropiaciones que esta norma prevé cada 1 de octubre —detrae del cupo asignado a cada barco aquella parte que no va a poder consumir desde esa fecha hasta final de año de acuerdo con el histórico de consumo de los últimos cinco—, lo cierto es que las bolsas que se forman con ese sobrante para atender las necesidades de los que ya han agotado sus posibilidades han resultado ser eficaces, según Villa. «Todas las que se han creado han sido utilizadas en mayor o menor medida y aunque haya sido solo un único barco, eso ya justifica la existencia de ese mecanismo», dijo el subdirector del caladero nacional.

Más de 200 en la bolsa de jurel

Entre las bolsas más utilizadas están la que se formó para el jurel de la zona del Cantábrico, de la que se surtieron unos 200 barcos, y la de la merluza sur, para la que no concretó cifras, pero que tuvo un número significativo de usuarios. Destacó además el servicio que habían prestado para evitar el estrangulamiento de la flota con especies de escasa cuota. En definitiva, que su valoración del mecanismo de optimización de cuotas no puede ser más que positiva porque «refuerza el fin social de la pesca».