Pablo Costas y otros tripulantes del pesquero ya han abandonado el barco y se alojan en un hotel
29 ago 2021 . Actualizado a las 21:54 h.Pablo Costas Villar, el patrón de pesca natural de Bueu que permanecía retenido en Yemen desde septiembre del año pasado, acusado de pesca ilegal por Australia, ha sido liberado en las últimas horas, informa Europa Press citando fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores y de la familia. Él y otros compañeros de una tripulación formada por treinta hombres han recuperado la documentación y se alojan en un hotel de Al Mukallah, el puerto donde permanecía detenido el barco Cobija, que capitaneaba el veterano pescador.
Desde Exteriores, que gestionaba su liberación a través de las embajadas de España en Arabia Saudí, Egipto y Omán, explicaron a Europa Press que el fin de lo que la familia del patrón definió como un «calvario» ha sido posible gracias a las gestiones no solo del ministerio, sino también y «personalmente», de su titular, el ministro José Manuel Albares.
A Pablo Costas y a otros tripulantes les han devuelto la documentación y han podido abandonar el pesquero. Aun así, en el momento de elaborar esta información se desconocía cuándo podría retornar a Galicia.
Manuel Caamaño, portavoz del sindicato Central Unitaria de Trabajadores, quien lleva meses reivindicando y trabajando por la repatriación del patrón de pesca, ha declarado a Europa Press que ahora están «pendientes de tramitar los billetes de avión», teniendo en cuenta las dificultades de un país «en guerra», como Yemen, y las limitaciones en el transporte aéreo.
Bueu clamó por su repatriación
A la espera de cómo evolucionen los acontecimientos, en principio confían en que se facilite un «convoy de seguridad» para que el patrón de Bueu se pueda desplazar desde el puerto de Al Mukallah hasta el aeropuerto de Saná, la capital yemení, situado a unos 270 kilómetros de distancia. Una vez allí volaría a El Cairo (Egipto) y, desde allí, a Madrid.
Después de casi once meses apresados, Pablo Costas y el resto de tripulantes (indonesios, namibios, senegaleses y un peruano) vivieron en los últimos días lo que su familia describió como una «situación extrema». Abandonados por el armador y sin ningún auxilio, se quedaron sin víveres ni agua. Mejoró ligeramente este viernes, cuando les suministraron alimentos y recibieron asistencia médica. Por una orden de detención cursada por Australia a través de la Interpol, el 26 de septiembre del año pasado los arrestaron. Ahí comenzó una odisea en la que el Cobija, de bandera boliviana, fue vendido mientras estaba en alta mar al armador somalí que le ordenó dirigirse a Yemen.
