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Boniteros gallegos proponen topes por artes y días para estirar la costera

s. serantes REDACCIÓN / LA VOZ

PESCA Y MARISQUEO

Imagen de archivo de una descarga de bonito en Burela, puerto que lidera las ventas de ese túnido en Galicia
Imagen de archivo de una descarga de bonito en Burela, puerto que lidera las ventas de ese túnido en Galicia Xaime Ramallal

Los vascos piden cuotas tras copar otra vez casi el 60 % del cupo español

18 ago 2021 . Actualizado a las 04:45 h.

Hasta el 2015, la campaña del bonito del norte finalizaba a principios de octubre, cuando los bancos de ese túnido retornan al Atlántico central, de donde parten en primavera para alimentarse en el golfo de Vizcaya. Como ese año y los anteriores escaseaba, la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT, en sus siglas en inglés) acordó limitar las capturas en el área nororiental a partir del 2016. Un cupo se lo asigna a la Unión Europea (UE), que a su vez lo distribuye entre sus miembros. Acreditada científicamente la recuperación del Thunnus alalunga, el ICCAT amplió el de este año y el de los dos próximos. Aun así, como el atún blanco abunda tanto y en España se agota muy rápido porque los únicos límites son la cuota nacional y la capacidad de pesca de cada barco, vuelve a plantearse un cambio del modelo de gestión.

El Ministerio de Pesca, Agricultura y Alimentación cerró el pasado día 16 la costera más breve de la historia. Por cuarto verano consecutivo, la flota española ha batido el récord de pesca olímpica (cada barco coge lo que puede lo más rápido posible) y en poco más de dos meses ha consumido las 17.397 toneladas de bonito de las que disponía.

Igual que los últimos años, los grandes cardúmenes se concentran en el Cantábrico, a pocas millas del litoral. Según el ministerio, este verano 278 barcos vascos, cántabros, asturianos y gallegos dejaron las pesquerías a las que se dedican habitualmente porque se ganan mejor el sustento con el Thunnus alalunga

Cebo vivo y cacea

Unos, sobre todo los vascos, aunque también parte de los cántabros, lo atraen con bocartes o sardinas vivas y lo pescan con cañas. Otros, gallegos y asturianos, los atraen con señuelos artificiales navegando a su lado. Los primeros, con la modalidad de cebo vivo, y los segundos, con la de cacea o curricán, los capturan con anzuelos, uno a uno, a diferencia de los arrastreros franceses e irlandeses que largan las redes en superficie y atrapan todo lo que pillan. Aparte de otros factores, cuando los cardúmenes están cerca de la costa, como los últimos años, las capturas con cebo vivo multiplican las del curricán.

Todos ellos querrían que la campaña se prolongase más tiempo, porque pese a la inversión en preparar los barcos para ir al bonito, suele resultar rentable y, sobre todo, paliar las carencias de flotas de artes menores, de cerco, de volanta, de arrastre o de palangre de fondo. También coinciden en que la abundancia de bonito permite aumentar la cuota, pero eso depende de la fuerza que haga la UE en el ICCAT, donde tiene un voto, igual que los otros 51 miembros de ese organismo internacional.

«Cuestiones de oportunidad»

Mientras tanto, aflora de nuevo la modificación de la gestión del cupo español. Cuentan dirigentes gallegos del sector que Pesca tanteó esa posibilidad en alguna ocasión, pero la aparcó por diferencias entre vascos, cántabros, asturianos y gallegos.

Arantxa Tapia, consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente en Euskadi, repitió ayer en Ondarroa la propuesta que más le interesa a su flota. Según declaraciones recogidas por Europa Press, los vascos piden al Gobierno español un reparto de la cuota nacional por barco, por cofradía o por comunidad autónoma.

Tras copar otro verano más casi el 60 % (unas 9.540 toneladas) de todo el bonito asignado a España, Tapia cree que Euskadi pierde peso en la costera porque barcos asturianos y cántabros, igual que los vascos y los gallegos, se dedican al túnido en verano «por cuestiones de oportunidad», añade Europa Press.

«Máxima competencia»

Todos han faenado en lo que la citada consejera define como circunstancias de «máxima competencia», procurando llevarse la mayor tajada posible de la bolsa común, el cupo nacional. El Gobierno vasco le pide al Ministerio de Pesca un reparto por cuotas, para que los barcos faenen «de forma profesional, planificada y organizada, sin tener que someterse al estrés de este año».

«A campaña do bonito é beneficiosa para os barcos que deixan as súas pesqueirías habituais, pero tamén para os recursos aos que se dedican, que deixan descansar e medrar», razona Basilio Otero, patrón mayor de Burela, el puerto gallego donde se subastaron unas 950 toneladas de las alrededor de 1.430 descargadas en Galicia, un 8 % del cupo nacional. En su opinión, como alternativa a la pesca olímpica, «sería oportuno un tope de descargas por mes, para ter prezos máis atractivos», visto que se quedan en medias nacionales de 3,67 euros el kilo, porque el mercado de consumo en fresco no absorbe las grandes cantidades que a diario ofrecían Euskadi, Cantabria, Asturias y Galicia.

«O máis xusto para todos»

Pensando en la posibilidad de que los vascos pretendan un reparto del cupo nacional basado en las capturas de los últimos años, con lo cual se quedarían con seis de cada diez bonitos que le correspondiesen a España, desde el sector gallego plantean otra posibilidad. Pidiendo que se preserve su identidad, desde una organización proponen establecer topes de capturas por modalidades de pesca y días. Un sistema similar, por ejemplo, al de la sardina. «Sería o máis xusto para todos porque a costeira é un refuxio para barcos con problemas nas súas pesqueirías habituais», argumentan.