La pesca recreativa continúa vetada en zonas portuarias donde se practica

Prohibida oficialmente durante el último medio siglo, pero consentida tácitamente hasta que poco antes de la pandemia estallaron conflictos en algunos puertos de A Costa da Morte, los aficionados a la pesca recreativa aguardaban esperanzados la norma que legaliza esa actividad en muelles de Portos de Galicia. Este organismo de la Consellería do Mar hizo públicas el viernes las condiciones y la relación de los 15 donde continúa prohibida, de los 28 donde puede practicarse libremente y de los 79 donde solo la permite en determinadas zonas. El sábado, cuando la norma entraba en vigor, difundió los detalles con 122 planos de las instalaciones que gestiona. Mientras algunas asociaciones los analizan, con la vista puesta en posibles recursos, aficionados se muestran sorprendidos porque siguen vetándoles espacios donde llevan años lanzando las cañas.

Además de la evaluación de riesgos, por la seguridad de quienes trabajan en esas instalaciones y de los recreativos, Portos le da prevalencia a la «explotación dos portos e a atención dos sectores portuarios profesionais ou directamente vinculados á actividade portuaria». Con esos criterios, no restringe esa afición en muelles «sen actividade portuaria intensiva», la consiente en áreas señaladas de aquellos con «actividade portuaria intensiva» y la prohíbe en los de «condicións de uso, configuración, servizos e actividades portuarias que non permiten» autorizarla.

Portos dice haber «oído e tomado en consideración achegas» de la Federación Gallega de Pesca Marítima, de la Asociación Galega pola Defensa da Pesca Recreativa, de la Federación Galega de Pesca e Casting y de «outros afeccionados representativos e colaboradores do sector da pesca de recreo ou deportiva».

Póliza de 300.000 a 450.000 euros

Igual que los planos han provocado reacciones de desconcierto, algunos aficionados consideran incumplibles algunas de las condiciones que les exigen. Una de las más controvertidas es la obligación de guardar cinco metros de distancia entre cada pescador. Otra, la que impide depositar en los muelles o en los contenedores portuarios «os restos de pesca», debiendo «desfacerse deles debidamente fóra da zona portuaria». Muchos no entienden que no les autoricen «a limpeza da pesca nos peiraos».

Además de la imprescindible licencia de pesca marítima recreativa en vigor y de la «declaración responsable» comprometiéndose a cumplir todas las normas, cada recreativo ha de contratar un seguro de accidentes y responsabilidad civil que cubra un mínimo de 300.000 euros por daños propios y de 450.000 por daños a terceros. Todo porque «serán responsables directos dos posibles danos a persoas ou bens privados ou públicos e dos danos propios».

Puertos deportivos y otros explotados mediante concesiones quedan vetados a los aficionados, igual que los comerciales «durante operacións de estiba e desestiba, atracada e desatracada e durante a permanencia das mercadorías». Y en los de atraque tampoco, incluso «mentres permanezan embarcacións nos peiraos, nin entre embarcacións».

Portos cierra a los recreativos la pesca desde pantalanes «ou desde diques», les prohíbe subirse a los barcos atracados o manipularlos y reservar sitio en los muelles. Tampoco tienen opción al «acceso rodado ás instalacións portuarias nin o estacionamento fóra» de los aparcamientos.

Incumplir las normas o negarse a identificarse ante los guardamuelles puede ser motivo de expulsión, de denuncia y de multa.

Ya es legal la pesca recreativa en 107 puertos gallegos, pero con seguro y otras obligaciones

TONI LONGUEIRA

---

---

---