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Al bonito fresco español le quedan días al batirse otro récord en pesca olímpica

S. S. REDACCIÓN / LA VOZ

PESCA Y MARISQUEO

Bonito del norte fresco, capturado uno a uno, con anzuelo y subastado en la lonja de Burela, de donde cada pieza sale identificada con una etiqueta verde (foto de archivo)
Bonito del norte fresco, capturado uno a uno, con anzuelo y subastado en la lonja de Burela, de donde cada pieza sale identificada con una etiqueta verde (foto de archivo) PEPA LOSADA

Consumido el 78 % de un cupo nacional en el que faltarían mil toneladas

04 ago 2021 . Actualizado a las 04:45 h.

Globalmente no puede calificarse de pesca olímpica, porque desde el 2016 hay topes nacionales. Individualmente sí, porque cada barco captura todo lo que puede, sin más límite que su propia capacidad. Como siempre, así siguen los pesqueros españoles, franceses e irlandeses con el bonito del norte en el Cantábrico, a pocas millas de la costa. Poco o nada trasciende de los consumos de las cuotas de Irlanda y Francia, pero las de España se registran a diario y apuntan a un nuevo récord. No de medalla, sino todo lo contrario, porque al ritmo actual le quedan días al bonito fresco español y a toda la flota que participa en esa pesquería estacional porque es más rentable que las suyas habituales. Todo indica que será la costera más corta de la historia, ya que hasta ayer ya se habían descargado el 78 % de las 17.257 toneladas distribuidas por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

Si bien disponen de 995 más que las 16.262 del año pasado y del anterior, son mil menos de las que corresponderían aplicando la subida del 12,5 % aprobada por la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT, en sus siglas en inglés). ¿Qué ha pasado con las mil que faltarían? Consultada Pesca, en el momento de elaborar esta información no había contestado. Dirigentes del sector señalan que serían parte de las que habría restado la UE (Unión Europea) a todos sus países para pagar la sobrepesca de Irlanda y Portugal en el 2019. Añaden que la Comisión Europea aceptaría penalizar solo a esos dos Estado, pero públicamente no consta que lo hiciera.

Unas 3.900 toneladas

Mientras tanto, los boniteros españoles han de ceñirse al límite marcado por Pesca. Pendientes de actualizar las últimas descargas y las capturas del fin de semana, disponían de unas 3.900 toneladas, según Gestcuotas, la herramienta del ministerio que permite conocer los desembarcos de la flota nacional. Para hacerse idea de cuánto pueden durar, entre el viernes y ayer se descontaron mil toneladas, pero los sábados y los domingos no suele subastarse en las lonjas.

Si persiste ese volumen de descargas y no se incorpora la cantidad retenida por la UE como pago del exceso de capturas de otros países, la pesquería del bonito del 2021 podría cerrarse en unos nueve días. Pesca la clausuraría cuando el registro oficial superase el 90 % de la cuota anual. Sucedería a partir de mediados de la próxima semana, aplicando el mismo enfoque precautorio de años anteriores. 

La costera más breve

Por su brevedad, la costera de este año batiría todos los récords. Sería la cuarta que concluiría en agosto: la del 2020 remató el día 19, la del 2019, el 27; y la del 2018, el 23. En el 2017 se había cerrado el 13 de octubre y en el 2016, el 5 de ese mes, la época habitual. Hasta ese último año nunca se había clausurado en España por agotarse la cuota.

Incluso si no cambiase el escenario actual, los consumidores podrían seguir disfrutando del bonito fresco español, el único capturado con anzuelo, uno a uno, hasta la tercera semana de este mes porque Pesca suele permitir venderlo hasta tres o cuatro días después del final oficial de la pesquería.

Pescadores y sus representantes cuentan que este año, igual que los últimos, la flota que faena con cebo vivo (mayoritariamente vasca) llena sus bodegas en dos o tres días. También artesanal, con ese sistema de pesca multiplica las capturas de la gallega y la asturiana, que emplea la cacea o el curricán.

Pelágicos franceses e irlandeses crispan a la flota cantábrica porque «destrúen o mar e tiran prezo»

Considerado el sustituto de las redes de enmalle a la deriva, las volantas, el arrastre pelágico continúa creando fricciones en el Cantábrico. Prohibido en España, Irlanda y Francia permiten que sus barcos peinen la superficie del mar con esas redes. Es un método de pesca industrial, diametralmente opuesto al artesanal de cacea o cebo vivo de gallegos, asturianos, cántabros y vascos.

Adolfo García, presidente de la Federación de Cofradías de Pescadores de Asturias, reitera las críticas a los pelágicos porque resultan «muy dañinos para el ecosistema marino, son destructivos, tienen una capacidad de pesca brutal, se saltan la prohibición de descartes y matan delfines, tortugas y otros cetáceos». De ahí que el sábado criticasen con dureza a la Lonja de Gijón por permitir a dos arrastreros irlandeses descargar 68 toneladas en ese puerto, aunque es una práctica legal. Asegura que este martes faenaban «frente a Cabo Peñas unos 40 franceses e irlandeses, rozando el límite de las doce millas» de las aguas territoriales españolas, donde no pueden pescar.

Basilio Otero, presidente de la Federación Española de Cofradías de Pescadores y patrón mayor de Burela, el puerto que vende el 60 % del bonito fresco en Galicia, critica al arrastre pelágico porque «é pouco selectivo, dana o medio mariño, e cando andan por aquí aparecen cetáceos mortos nas praias». También los censura porque «tiran os prezos do noso peixe, pescado un a un e mimado». En su opinión, «igual deberíamos facer máis forza para que as nosas conserveiras non compren o bonito peláxico».