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El reparto de cuotas deja «calmado» al cerco gallego, preocupado por la sardina

E. Abuín LA VOZ

PESCA Y MARISQUEO

Marcos Míguez

Los asesores de Bruselas pretenden que el cupo no supere las 4.142 toneladas

26 dic 2019 . Actualizado a las 16:53 h.

Los pronósticos que amenazaban de tormenta al cerco gallego antes de la cumbre de Bruselas en la que se repartieron las cuotas no se han cumplido. Los ministros de Pesca han dejado un mar en calma para este segmento de flota, integrado en Galicia por 152 embarcaciones. Pero ese panorama podría enturbiarse en unos cuantos meses. Porque el último Consejo de Ministros de Pesca ha traído tranquilidad a esos barcos en cuanto a dos de sus especies objetivo: la xarda —cuyo TAC (total admisible de capturas) ha tenido un importante aumento (+41 %)— y el jurel, que se salvó de la tijera al sur de Fisterra —zona IXa— e incluso ganó en toneladas (+24 %) y, aunque no la esquivó al norte de esa esquina gallega —zona VIIIc—, sí se consiguió mitigar la pérdida de casi la mitad de las toneladas disponibles (-40 %) con la posibilidad de trasvasar al Cantábrico hasta el 80 % del cupo asignado a aguas de Gran Sol y del golfo de Vizcaya.

Sin embargo, la cita de diciembre no ha servido para despejar el futuro de otras dos especies de interés para esa flota: la sardina y la anchoa. Preocupa sobre todo la primera, dada la controversia entre los científicos que asesoran a Bruselas, que sugieren más recortes en su captura; el sector, que de la observación directa deduce que está recuperada, y los informes de las últimas campañas realizadas, que certifican una mejoría del stock —el número de juveniles se ha multiplicado por diez en un año—pero, no obstante, los científicos que los firman recomiendan cautela.

Los armadores harán valer los últimos informes, que certifican la mejoría del «stock» Al no ser la sardina una especie sometida a TAC y cuotas, los ministros de Pesca de los Veintiocho no han podido ni decir esta boca es mía. Es la Comisión Europea la que tiene la última palabra, pues debe dar el visto bueno al plan de gestión que España y Portugal presenten para la especie. «Aínda hai tempo», señala Andrés García, portavoz de Acerga (Asociación de Armadores de Cerco de Galicia). Hasta el 1 de marzo, que es la fecha tope fijada para anunciar la cantidad de toneladas de sardina que la flota española podrá pescar en el Cantábrico y al sur de Fisterra, como dicta el plan de gestión de la especie. Y de todos modos, los seis meses de campaña no empezarán a contar al menos hasta mayo.

Tensión a la vista

Ahora bien, García augura unas tensas negociaciones. Ni los cerqueros gallegos ni los portugueses están dispuestos a continuar otro lustro con los mismos sacrificios de los últimos cinco años. Sobre todo cuando los científicos de uno y otro país han detectado reclutamientos por encima de la media histórica, un importante aumento de las sardinas de menos de un año y otras señales esperanzadoras de la recuperación de la especie. Insisten en que no aceptarán un cupo de pesca inferior a 30.000 toneladas. Lo malo es que los científicos del ICES (Consejo Internacional para la Exploración del Mar) que asesoran a la Comisión sugieren que el año que viene no se pesquen más de 4.142 toneladas, apenas un 14 % de lo que reclama el sector. Ahí radica la tensión que vaticina García, que reclama firmeza a los Gobiernos en defensa de la flota ahora que se ha constatado la mejoría biológica de la especie

La flota pescó en aguas de Galicia 500 toneladas de anchoa de los barcos andaluces

No es la de la sardina la única incógnita sobre los cupos del 2020 que tiene el cerco gallego. Tampoco se ha fijado todavía la cuota de anchoa en la zona IXa —de Fisterra al golfo de Cádiz— de que dispondrá a partir del 1 de julio. Los ministros de los Veintiocho dejaron para más adelante la fijación de ese TAC, que tendrá validez hasta el 30 de junio. Pero a diferencia de lo que ocurra con la sardina, lo que pase con el bocarte les importa menos. Sucede que Galicia tiene asignado el 1,14 % del total de posibilidades de pesca de esa especie, frente al 98,86 % que atesora el cerco andaluz. Eso supone que los gallegos apenas dispongan de 58 toneladas para todo el año. «E iso non da para soportar unha pesqueira», expone Andrés García. Por eso este año ni siquiera han pedido autorización para poder pescar esa cantidad que le corresponde. «Dende que pechou no 2018, a anchoa ao sur de Fisterra non chegou a abrir; para que? Para expornos a un sobrepasamento?», expone el portavoz de Acerga.

Y, sin embargo, el cerco ha capturado casi medio millar de toneladas de bocarte en aguas de la IXa. ¿Cómo es posible? Porque trabajan con cesiones de cuota. Las alrededor de 500 toneladas que han capturado son parte de ese 98,86 % del cupo que atesoran los armadores de cerco andaluces, que disponen de cuotas individuales. Los cerqueros gallegos negocian con los del sur la compra de toneladas que estos no pescan porque «non lles é rendible», comenta García. Lamentable, sí, pero «non é máis que outra das nefastas consecuencias que tivo o reparto do 2013», concluye.