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La sardina tendrá que esperar a junio

F. Fernández REDACCIÓN / LA VOZ

PESCA Y MARISQUEO

PEPA LOSADA

La cuota casi ridícula reservada para mayo y los bajos precios que alcanza la especie ahora condenan al cerco a aguantar un mes para aprovechar la campaña

09 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

«Os barcos intentan nin tocala». Lo que los pesqueros tratan de esquivar como si les quemara es la sardina. Así lo explica Andrés García, representante de la asociación de armadores de barcos de cerco de Galicia (Acerga). Y no porque no quieran el recurso. Lo necesitan, de hecho, pero la cuota es tan absurda y los precios, tan bajos, que no les vale la pena siquiera mirar para ella. De momento. Hace una semana que empezó la campaña, quizá la más estricta de cuantas recuerde el sector. Porque, ante la amenaza de cierre de la pesquería durante varios años por el presunto mal estado de la biomasa, los Gobiernos de España y Portugal, que comparten un plan de explotación conjunto, decidieron apretar el cinturón de sus pesqueros antes de que llegase el tijeretazo drástico desde Bruselas. El resultado: cada barco solo puede capturar una tonelada de sardina a la semana a lo largo de todo este mes y con un tope máximo mensual de 286 toneladas. Una miseria, en opinión del cerco gallego, que les ha convencido para dejar que transcurra mayo sin pena ni gloria. Porque, además, «ao prezo que corre, non paga a pena ir á sardiña», resume el representante de Acerga. Ese precio en lonja osciló entre 12 y 15 kilos la caja.

Esta especie de huelga de brazos caídos de los cerqueros se produce también después de ver cómo, cinco horas después de que abriese la campaña, el Servicio Marítimo de la Guardia Civil decomisaba 858 kilos que ya traía de más un pesquero en el puerto de A Coruña.

Pero el cerco no renuncia a la campaña. Ni mucho menos. Al revés. Ahora, todas las esperanzas de los pesqueros están centradas en junio, porque para el próximo mes ya podrán capturar una cantidad más decente que ahora: seis toneladas por barco a la semana. Además, en el poco probable caso de que este mes no se agote la cuota, se podrá acumular para el siguiente.

Aguardan que para entonces los precios se recuperen y les den un respiro. No hay que olvidar que junio es uno de los meses de mayor demanda de sardina, tanto en Galicia como en Portugal, por la fiesta de San Xoán aquí y del Santo Antón allí. Solo falta que, además, el recurso no escasee en el mes más sardinero del año, como ya ocurrió en campañas pasadas.

El sector no hace planes mucho más allá de junio, porque el plan autorizado por Bruselas es tan restrictivo que la cuota para los meses siguientes dependerá de los resultados de los estudios científicos sobre la recuperación de la biomasa. Esta tiene que aumentar un 10 % si la flota pretende seguir pescando más allá del 31 de julio. En plan establece para este año 14.600 toneladas para ambos países. Se capturarán en dos bloques de 7.300 cada uno. El segundo solo se podrán extraer a partir del 1 de agosto si las campañas de evaluación del stock arrojan datos positivos. Si no se consigue ese objetivo, lo más probable es que se cierre la pesquería.