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La pesca artesanal carga en Bruselas contra los «monstruos» arrastreros

Cristina Porteiro
cristina porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

PESCA Y MARISQUEO

Greenpeace|Pedro Armestre

La flota de bajura los acusa de esquilmar los recursos con ayudas de la UE

10 oct 2017 . Actualizado a las 08:22 h.

«Es devastador». Así se refirió el experto del Institut de Ciènces del Mar, Pere Puig, a las imágenes proyectadas ayer en la sala de la Comisión de Pesca de la Eurocámara. Ante los ojos de eurodiputados, representantes del sector y oenegés se mostró un vídeo del fondo lunar de un caladero catalán donde habían operado megaarrastreros. «Están obligando a los pescadores de bajura a ir cada vez más adentro a faenar porque los caladeros clásicos han sido arrasados», alertaron. El debate está servido. ¿Es sostenible la pesca de los bautizados como «monstruos» arrastreros? «Yo digo que sí. Los niveles de explotación y mortalidad desde el año 2000 han bajado para la pesca pelágica (...) Las capturas accesorias son muy bajas, en torno al 4 %», justificó ayer en el Parlamento Europeo el vicepresidente de Europêche, Gerard van Balsfoort, quien pidió no apuntar con el dedo a la pesca industrial: «La necesitamos por cuestiones de seguridad alimentaria».

De nuevo los propietarios de los megabuques pesqueros han tenido que salir al paso para defenderse de los ataques a su modelo de negocio, el cual llegó a ser puesto en entredicho por la excomisaria de Pesca Maria Damanaki, quien propuso prohibirlos en la anterior legislatura. Greenpeace admitió ayer que las capturas accesorias de los buques arrastreros europeos son bajas. «Podemos decir que hay buques de pesca más destructivos que los superarrastreros europeos, pero no son buenos para sostenibilidad del medio ambiente. Si tiran por la borda más de dos toneladas de peces, es muchísimo más de lo que descarta la pesca artesanal», les reprochó el portavoz de la organización ecologista, Pavel Klinckhamers, que cuestiona abiertamente el esquema de ayudas: «Se gasta mucho dinero público en un grupo limitado de personas».

Críticas más duras les despachó el director de la plataforma LIFE de pesca artesanal, Brian O Riordan, quien acusó directamente a la UE de estar subvencionando a un segmento de la flota que, del año 2006 al 2012, se lanzó a la carrera de la sobrepesca para mejorar su histórico de capturas y garantizar sus cuotas de cara a la nueva política común de pesca. «Los superarrastreros son para mí un producto perverso de la Política Común de Pesca. Están deslocalizados, son fábricas de pesca masiva en alta mar y en manos de propietarios multimillonarios», aseguró el irlandés. Algunos eurodiputados admitieron la responsabilidad de la UE, que no ha sabido garantizar el sustento de las comunidades costeras pequeñas: «Existe una competencia desleal entre la pesca de bajura y la grande», aseguró la italiana Renata Briano.

El eurodiputado gallego Millán Mon pidió «no demonizar» ningún tipo de arte de pesca, sino diferenciar entre «artes bien y mal empleadas». Lo cierto es que, con el nuevo reglamento europeo, los grandes buques arrastreros están más controlados que nunca, lo que no impide que exporten el esfuerzo pesquero a países terceros como Mauritania y Guinea Bisáu, donde las negociaciones sobre protocolos de pesca caminan en la cuerda floja.