Patrocinado porPatrocinado por

Caída histórica de las capturas y del consumo de pescado en toda la UE

Somos Mar REDACCIÓN / LA VOZ

CONSUMO MAR

Una pescadería tradicional, en una foto de archivo
Una pescadería tradicional, en una foto de archivo Emiliano Mouzo

Los españoles compran cada año menos, sobre todo productos frescos

09 dic 2022 . Actualizado a las 08:31 h.

Frescos, congelados, elaborados o en conserva, atún, salmón, abadejo de Alaska, bacalao, camarón, mejillón, arenque, merluza, surimi, calamar, xarda, sardina, trucha, carbonero y almeja son, por ese orden, los más consumidos en la UE. A dos días del inicio en Bruselas del Consejo de Pesca que decidirá las cuotas del 2023, el Observatorio Europeo del Mercado de los Productos de la Pesca y la Acuicultura (Eumofa) también revela que «satisfacer la demanda de pescado y marisco en la UE depende principalmente de las importaciones», que aportan más de seis de cada diez kilos. Con datos de distintas fuentes oficiales, el informe recién publicado por la Comisión Europea confirma la caída histórica del consumo, de las capturas de la flota y de su valor económico.

«Continuando la tendencia decreciente», los ciudadanos de los Veintisiete comen cada vez menos pescados y mariscos. La media por persona en el 2020 se redujo a 23,28 kilos al año, un 7 % menos que en el 2019 y la cantidad «más baja» en el decenio analizado (2011-2020) y desde que hay registros. Incluso en Portugal, líder comunitario, baja un 4 %, hasta los 58 kilos. Idéntico descenso se aprecia en España, donde queda en 44. Porcentualmente, las caídas más relevantes han sido el 26 % de Irlanda, hasta 21 kilos por persona y año, y el 16 % de Dinamarca, hasta 35.

Siete de cada diez, salvajes

Excepto en Croacia y Bélgica, donde sube un 5 y un 1 %, decrece entre todos los países que superan la media: Francia, Luxemburgo, Italia, Suecia, Letonia y Chipre. Y en los que están por debajo del promedio, llama la atención el descenso del 26 % en Irlanda, pero también el 8 % de Finlandia y el 10 % de Lituania. Con porcentajes de entre el 1 y el 6 %, se incrementa en naciones con dietas que ignoran el pescado y el marisco: Bulgaria, Eslovaquia, Polonia o Estonia.

Siete de cada diez especies que llegan a las mesas de los europeos proceden de la pesca extractiva, son salvajes, pero registran el nivel más bajo de la década, tras reducirse un 9 %, mientras se incrementó un 1 % el de la acuicultura. Incluidas importaciones, en el 2020, los comunitarios consumieron 10,41 millones de toneladas, 7,52 silvestres y 2,9 cultivadas, «una de las cantidades más bajas» desde el 2011. Los Veintisiete importaron 8,84 millones de toneladas, capturaron 2,96 y cultivaron 1,09.

Crece el gasto en los hogares

El impacto de la pandemia puede influir, pues, por ejemplo, en el 2021 persiste el mayor consumo doméstico. Supone que, aún comprando menos, los hogares gastaron un 7 % más, porque en las tienda subió el 2,4 %, De enero a septiembre de este 2022 se encareció un 8,3 %, según Eumofa.

Cada habitante de los Veintisiete dedicó el año pasado a pescados y mariscos un promedio de 131 euros, un 7 % más que en el 2020. Portugal, con 385, encabeza una lista en la que España repite como segunda, con 242 euros. También superan la media comunitaria Luxemburgo (226) Italia (223), Bélgica (169), Suecia (154), Francia (143), Lituania (140), Chipre (134) y Finlandia (132). El mínimo lo marca Hungría, con 18, y entre los que no llegan a 100 euros están los Países Bajos, Alemania e Irlanda.

Frescos preferidos en España

Eumofa analizó el consumo doméstico de pescados frescos en once naciones. Una de ellas, España, donde el Gobierno se niega a rebajar del 10 al 4 % el IVA de los productos de la pesca y donde los hogares compraron en el 2021 un 9 % menos y gastaron un 3 % menos.

Las ventas de merluza acumulan cinco caídas anuales medias del 10 % y le cuestan más a los consumidores, hasta el promedio de 9,25 euros el kilo del 2021. Por contra, el salmón aumentó un tercio en volumen y en España se abarató hasta 9,77, el país más asequible tras Portugal.

Desde el 2016 nunca se comió menos sardina fresca, pero el año pasado ocupó el tercer puesto en consumo doméstico y su precio subió hasta 6,24 euros el kilo. La dorada se mantuvo estable, tras crecer un 21 % entre el 2019 y el 2020, y el kilo sale a 7,84. Quizá porque el bacalao fresco en España pudo comprarse a 8,40 euros el kilo, la mitad que en los otros países analizados, en el 2021 se vendió para hogares un 46 % más que en el 2020.