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El cambio climático puede «obstruir» el desarrollo acuícola, alertan los científicos

Somos Mar REDACCIÓN / LA VOZ

ACUICULTURA

Un barco navegando en Arousa entre bateas de mejillón, en cuyo cultivo es líder Galicia
Un barco navegando en Arousa entre bateas de mejillón, en cuyo cultivo es líder Galicia Martina Miser

Dicen que el calentamiento de las aguas lastrará la productividad de sector

19 ago 2024 . Actualizado a las 04:45 h.

La acuicultura sostenible está llamada a desempeñar un papel vital en la seguridad alimentaria de la población mundial, que en el horizonte del 2050 va a necesitar que se produzca un 70 % más de alimentos, según la FAO, para cubrir sus necesidades. Este es un gran nicho de oportunidades para el desarrollo del marisqueo y la piscicultura, aunque el crecimiento del sector no está exento de amenazas, y la principal tiene que ver con el cambio climático. Así lo refleja un informe elaborado por científicos del Consejo Internacional para la Exploración del Mar (CIEM) sobre la acuicultura en la ecorregión del golfo de Vizcaya y costa atlántica ibérica, en el que alertan de que los efectos del cambio climático pueden «obstruir» el crecimiento del sector y reducir de manera drástica su productividad.

El informe científico, que data de junio de este año, pone de relieve que todos los factores relacionados con el clima son «un riesgo importante para el futuro» de la acuicultura. Empezando por uno de los factores principales, el aumento de las temperaturas, que afectaría a las tasas de crecimiento y reclutamiento de especies cultivadas, pudiendo aumentar su mortalidad «debido a condiciones climáticas extremas».

Pone como ejemplo un estudio realizado en un criadero de peces al sur de Portugal, donde las altas temperaturas del agua funcionaron como «fuente de estrés» provocando que especies como la corvina, lubina y dorada excedieran sus límites de reproducción provocando una disminución de las cantidades de oxígeno en el agua, lo que implica «medidas de gestión y costes adicionales para sostener la producción».

El aumento de la temperatura también aumenta el riesgo de acumulación de toxinas «debido a la proliferación de algas nocivas», incrementando los problemas asociados con los patrones de enfermedades.

Otros efectos del cambio climático con fuerte impacto en la acuicultura tienen que ver con las alteraciones en los patrones de las precipitaciones, que pueden provocar sequías que a su vez «limitan el suministro de nutrientes». Y a ello hay que añadir el incremento de la acidificación de las aguas marinas, debido a que absorben más CO2 de la atmósfera, disminuyendo su PH, lo que altera el crecimiento y desarrollo de organismos formadores de conchas, como las ostras, berberechos y mejillones, comprometiendo la producción acuícola.

 Tensiones con la eólica marina

No es el cambio climático el único desafío que tiene la acuicultura en su horizonte más inmediato. Los expertos señalan que el crecimiento de la industria acuícola en la ecorregión del golfo de Vizcaya y fachada atlántica ibérica requerirá de más espacio, lo que incrementará sobre el ecosistema marino y las interacciones con otras actividades como el transporte, el turismo o la energía, en este último caso debido al interés por el desarrollo de la eólica marina, lo que incrementa las tensiones entre ambos sectores y genera «intereses competitivos por el espacio».

En este caso, los científicos ven en la interacción de la acuicultura con la eólica «oportunidades para tener instalaciones o recursos compartidos», y plantean que el desarrollo futuro aplique «un enfoque integrado» para evaluar las sinergias y compensaciones entre sectores, eso si, sin dejar de evaluar convenientemente las consecuencias ambientales.

Otro aspecto en el que hace hincapié el estudio es en la calidad de las aguas. «Todos los sectores acuícolas enfrentan el desafío de la disminución de la calidad del agua», recoge, debido al impacto de las actividades terrestres. Y llaman a incrementar las inversiones en este campo para evitar cierres sanitarios o interrupción de los ciclos productivos de los criaderos de mariscos.

La producción de España triplica a la de Francia, pero este país obtiene más ingresos

El informe del CIEM muestra una radiografía de la dimensión de la acuicultura en la costa atlántica ibérica. España es la principal potencia en volumen, sobre todo por las más de 200.000 toneladas que aporta el mejillón, pero Francia con menos de la mitad de empresas y de empleo, obtiene más ingresos, por su especialización en la ostra.

La parte española de la ecorregión atlántica registró una producción acuícola de 219.229 toneladas, que generaron 295,1 millones de euros de ingresos en el 2021. La producción de la parte francesa de la ecorregión, (que abarca desde la fachada sur de Bretaña hasta los Pirineos) fue de 71.292 toneladas, tres veces menos que España, pero que generaron más ingresos: 314 millones de euros. La acuicultura de Portugal produjo 16.014 toneladas en el 2021, con una facturación de 158,9 millones de euros.

La industria acuícola de la parte española de la ecorregión es también la que genera más empleo, con 9.800 trabajadores a tiempo completo, frente a los 5.450 que se registran en la parte francesa de la ecorregión del golfo de Vizcaya y costa ibérica. En Portugal, el sector da empleo estable a 1.262 personas.

En cuanto al número de establecimientos o autorizaciones acuícolas, España cuenta con 3.979 (3.300 son bateas), Francia con 1.440 y Portugal, con 1.252. Los expertos aprecian una caída del 3 % del número de empresas, aunque lo atribuyen a fusiones para ganar dimensión.