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El 82,5 % del pescado que se descarga procede de «stocks» en buen estado

Somos Mar REDACCIÓN / LA VOZ

ACUICULTURA

Chema Moya | EFE

La patronal dice que la mejora certificada por la FAO es síntoma de buena gestión

05 jul 2022 . Actualizado a las 04:47 h.

La pesca se ha llevado una buena alegría al leer el informe Sofía, el repaso que cada dos años hace la FAO sobre el Estado Mundial de la Pesca y la Acuicultura. En la última revista que la agencia de la ONU para la Agricultura y la Alimentación pasó a la actividad, ha comprobado que el 82,5% del pescado desembarcado a escala global en el 2019 procedió de poblaciones en niveles de sostenibilidad biológica, lo que supone un incremento del 3,8% respecto al 2017, lo que, a juicio del sector, es prueba fehaciente de que se está realizando una gestión pesquera más eficaz. Además, echando cuentas, resulta que, si se suman las poblaciones que se capturan dentro de los niveles de rendimiento máximo sostenible (RMS) —el 57,3 % — y las subexplotadas —que son el 7,2 %— el 64,6 % se pescan de forma sostenible, expone la patronal de la pesca española, Cepesca, en un comunicado. Con todo, hay una pequeña mancha en el expediente: según los últimos datos, del 2019, las especies sobreexplotadas se sitúan en un 35,4% y eso es más del 34,22 % que acaparaban en el 2017.

El informe Sofía, que fue presentado por la FAO durante la cumbre de los Océanos que se celebró en Lisboa, recoge que el Pacífico sureste, con el 66,7%, es la zona de pesca con un porcentaje más alto de stocks sobreexplotados, seguido del Mediterráneo y del mar Negro, con un 63,4%, y Atlántico suroeste, con un 40%. Mientras, el Pacífico nordeste, el centro oriental y el suroccidental, presentan la proporción más baja de poblaciones pescadas por encima del límite sostenible.

Llenar la despensa mundial

Otra de las buenas noticias que el sector pesquero ha encontrado en el examen que ha hecho la FAO es la constatación de «la contribución creciente de los productos pesqueros a la nutrición y la seguridad alimentaria». El mismo director general de la institución, Qu Dongyu, subrayó que «el crecimiento de la pesca y la acuicultura es vital para acabar con el hambre y la malnutrición en el mundo» y, por tanto, lo que se debe hacer es «transformar los sistemas agroalimentarios para garantizar una producción sostenible al tiempo que se salvaguardan los recursos y se protegen los hábitats y la biodiversidad marina».

Ya solo por eso, por la capacidad que tiene la pesca para llenar la despensa, debería facilitarse la labor del sector: «En lugar de nuevos obstáculos y limitaciones sin argumentos científicos, el sector pesquero necesita que se reconozca el carácter esencial de su labor y se facilite el desarrollo de su actividad, garantizando, por supuesto, la protección de mares y océanos», dice Javier Garat, secretario general de Cepesca y presidente de Europêche.

La producción mundial de productos pesqueros en el 2020 se situó en 177,8 millones de toneladas, de las cuales 90,3 millones corresponden a la actividad extractiva. La acuicultura, por su parte, aportó 87,5 millones de toneladas. Tras la caída de la pesca salvaje está, según el informe, el impacto del covid.