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El «mantel verde» que Europa quiere poner en la mesa

e. a. REDACCIÓN / LA VOZ

ACUICULTURA

ALBERTO LÓPEZ

Miembros de la Comisión de Pesca de la Eurocámara echan en falta «sal marina» en la estrategia «De la Dehesa a la Mesa», con la que Europa busca un sistema alimentario sostenible

13 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Sobre el papel, muy bonito. Y escrito con esa letra verde que lleva, todavía más. Por eso la primera impresión al leer la comunicación de la Comisión Farm to Fork -que los traductores del Parlamento Europeo trasladan al castellano como De la Dehesa a la Mesa, porque rima mejor que de la Granja a la Mesa-, es de que se trata de una buena estrategia. Claro que granja es un término que aún puede englobar a los acuicultores, pero dehesa deja a estos últimos tan al margen como a los pescadores. Y precisamente esa falta de sal marina, la escasa referencia a un pilar básico de la cadena alimentaria, fue uno de los reproches que ayer hicieron los miembros de la Comisión de Pesca de la Eurocámara a un documento que persigue garantizar un sistema alimentario europeo seguro y sostenible.

«Una población saludable y un planeta saludable son inseparables», resumió Veronika Vaits, directora general de Política Pesquera para el Mediterráneo de la DGMare. En ese sentido, los sectores pesquero y acuícola está en el buen camino, por cuanto son actividades que emiten menos gases de efecto invernadero y consumen menos agua y tienen menos huella de carbono que la producción cárnica o láctea. Y la piscicultura, además, puede contribuir a recuperar los humedales, con la importancia que eso tiene para frenar el cambio climático. Pero aún queda camino que recorrer. Hay que acelerar el tránsito hacia la pesca sostenible, mejorar la calidad de las aguas, revisar el sistema de control de la pesca -resolviendo antes las más de 1.100 enmiendas que el proyecto ha recibido- para mejorar la trazabilidad y evitar el fraude al consumidor, aumentar el consumo de recursos poco aprovechados, como las algas, tanto para alimentación humana como animal...

Todos esos objetivos, loables al entender de los eurodiputados, recibirán apoyo económico a través del FEMP (Fondo Europeo Marítimo y de Pesca) y de las líneas de fomento de I+D+i, sin olvidar que la UE destina el 25 % de su presupuesto a las acciones en favor del clima, expuso Vaits.

Alianzas verdes y «dumpin»

La representante de la Comisión también aludió a la necesidad de conseguir «alianzas verdes para fortalecer el sistema alimentario de todo el planeta».

Hacia ahí, precisamente, fueron los dardos de los miembros del Parlamento Europeo. Aparte de que no faltó quien acusó a la Comisión de pretender que «comamos algas e insectos», sin pararse a pensar en las tradiciones culinarias europeas, que en algunas zonas han merecido incluso la catalogación de patrimonio inmaterial de la humanidad -caso de la dieta mediterránea-, no fueron pocos los que apuntaron al dumpin que Europa está haciendo con los suyos al dar acceso preferencial a productos de terceros países, con estándares sociales, laborales y medioambientales mucho más bajos que los que se exigen a los comunitarios con los que después se les obliga a competir.