La reforma integral del Oceanográfico de A Coruña

La noticia de que el Estado destinará 5,9 millones de euros para atajar el deterioro del Oceanográfico de A Coruña la hemos estado esperado décadas, con loables intentos por parte de sucesivas direcciones de ese centro y que, por diversas razones de prioridad política o conveniencia, se quedaron relegadas y llevaron a ese emblemático edificio a una situación grave, sin retorno. El proyecto del que ha informado La Voz de Galicia priorizará el orden espacial, la accesibilidad, la seguridad y la salud de los trabajadores, eliminando por tanto materiales insalubres y mejorando la inexistente ventilación para eliminar gases y vapores nocivos. Parece que se quiere recuperar una vistosa catarata que había en su diseño original —por cierto, previsto para otros usos— que tuvo que ser eliminada por el ruido y las humedades que hacía inviable trabajar en esas condiciones.

Pero esa necesaria iniciativa me temo no representa en sí misma una opción de futuro. Es necesaria y urgente, pero no suficiente. Una solución de futuro necesitaría, además, acciones más ambiciosas. En ese sentido, debemos recordar que en el año 2006 se habían presupuestado los primeros pasos para la construcción de un nuevo centro, pensando por tanto en aquel presente, pero también en el futuro.

El Oceanográfico de A Coruña y su historia es bastante desconocida para gran parte de los ciudadanos de A Coruña y su entorno. Representó desde finales de los años setenta un referente en varios campos de la investigación marina. En esos años, se iniciaron estudios sobre los ecosistemas de las Rías de Galicia, y su modelado, cultivos marinos, pesca, mareas rojas, fito y zooplacton, contaminación y medio físico-químico. Durante esos períodos se formaron y desarrollaron científicos que son o han sido referentes internacionales en sus respectivos campos. Muchas de las series de datos y líneas actuales son herencia de las iniciadas en esos años. Sin embargo, la falta de políticas favorables a este centro, acciones humanas que conscientemente omito, junto con problemas y limitaciones estructurales del propio edificio, llevaron a que fuera considerado en la política institucional del IEO como un centro secundario dentro de Galicia, pese a la gran valía de su personal científico y ayudante y los campos clave en los que se trabaja. Esa tendencia, los motivos, los actores y los responsables llevaría a una larga historia que no tiene cabida.

Si la sociedad y sus gobernantes desean realmente que un centro de investigación marina persista y se fortalezca pensando en el futuro de esta ciudad, con los campos de investigación marina necesarios para esta sociedad, me temo no será suficiente con la acción de frenar el deterioro del actual edificio. Esta ciudad merece ser más ambiciosa y pensar en el futuro, en las necesidades que requiere la investigación marina de calidad para ser referente; incluyendo servicios de apoyo, posibilidades de acceso de buques para embarque de materiales, laboratorios modernos, etcétera. La reforma que ahora se plantea sin duda es condición necesaria y urgente, pero no suficiente si esta ciudad cree merecerse un centro puntero de investigación en ciencias marinas que permita cambiar la tendencia que, por diversas razones, ha sufrido en las últimas décadas. La ciudad está inmersa en debates y proyectos de reorganización de espacios ¿Quizás sea buen momento para incorporar propuestas, favorecer y potenciar las Ciencias Marinas en esta ciudad?

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