
Las autoridades reducen la velocidad máxima de los buques tras un incidente causado por uno de 300 metros con «mucha potencia de máquina»
04 jul 2025 . Actualizado a las 11:46 h.Varias personas resultaron heridas, ninguna de gravedad, en la playa del Vigía de Mazagón (Huelva) al ser arrastradas hasta una zona de rocas por una ola generada por el paso de un buque metanero que iba de salida por la ría onubense para incorporarse a alta mar. Ocurrió el miércoles por la tarde, alrededor de las 16.30 horas, cuando el servicio de Emergencias 112 de Andalucía recibió una llamada alertando de lo sucedido y de la presencia de varios heridos, principalmente, por cortes causados al chocar con las rocas.
El capitán marítimo de Huelva, Alejandro Andray, ha explicado que ocurrió en una playa familiar, donde suele ir gente de la zona conocedora de lo que son «las olas del buque pasante», ya que para ellos no es un fenómeno nuevo, si bien ayer se dio una situación novedosa tanto por el modelo de barco como por las condiciones del mar. Ha indicado que el metanero que generó la ola es un buque de grandes dimensiones, unos 300 metros de eslora y un peso de 60.000 toneladas, que tiene su atraque a mitad de la ría de Huelva y ayer estaba saliendo por el canal de la misma para incorporarse a alta mar.
Ese canal, ha precisado, es recto y tiene a su final, coincidiendo con la playa afectada, un giro hacia el sur que permite salir a los mercantes: «Para salvar ese giro, esos buques, que tienen una inercia de avance importante, han de llevar una determinada velocidad para que cuando se gire el timón pueda virar, ya que de lo contrario se empotraría contra la playa y el puerto deportivo». Se trata, ha señalado Andray, de una maniobra que se realiza miles de veces al año, aunque en esta ocasión, «se han dado circunstancias extraordinarias que han coincidido en el tiempo».
Entre ellas, la salida de un gran buque de 300 metros de eslora que tiene que llevar una cierta velocidad para maniobrar y salvar el giro; la marea vaciante, lo que implica que el agua de la pleamar incremente la velocidad del buque con respecto a tierra. También, el hecho de que se trata de «un buque de nueva generación de reciente incorporación a la navegación mundial que, a diferencia de los menos modernos, tienen mucha potencia de máquina, y están generando modificaciones en los usos y costumbres».
Estas tres cuestiones han sido las que han confluido en el suceso, según la conclusión a la que han llegada los técnicos del puerto de Huelva, de la Capitanía Marítima y de la Corporación del Prácticos tras analizar lo sucedido. Tras este incidente, y al objeto de evitar que vuelva a suceder, se ha acordado reducir de 11,5 a 10,5 nudos la velocidad máxima de paso de este tipo de buques por esa zona, lo que vendría a traducirse en pasar de una velocidad máxima de 20 a 16 kilómetros/hora.
El capitán marítimo ha querido dejar claro que este tipo de barcos son llevados por personas con mucha experiencia, por lo que lo sucedido no puede achacarse a que el capitán no contara con la misma: «En este caso, contaba con una experiencia de más de 20 años, y junto a él había dos prácticos del puerto a bordo, uno senior y otro en auxilio».