Fue directivo de Amegrove, asociación consternada por su muerte este jueves al pie de la batea en el naufragio de su barco
13 dic 2024 . Actualizado a las 09:47 h.José Rey era un vecino muy querido en O Grove, un hombre de mar. Prácticamente todos los días paraba en Astilleros Garrido. Allí fue construida la embarcación que patroneaba su hija Alicia (galardonada recientemente con el Premio Meca), la misma en la que ayer perdió la vida. «Xa viña por aquí cando vivía meu pai, era cliente, veciño e amigo», reconoce Pepe Garrido, a quien la noticia le cayó como un jarro de agua fría. Era, recuerda Garrido, «unha excelente persoa» que se sentía a gusto rodeado de barcos. «Viña, daba unha volta, miraba o que estabamos facendo e logo marchaba», cuentan. Si algo destacan quienes lo conocían es su bondad, además de su calidez como buen conversador.
Era bateeiro de toda la vida, pescador de siempre. Amegrove, la cooperativa de la que fue directivo, ha enmudecido con la tragedia. También la clase política de O Grove mostró su pesar, enviando sus condolencias a la familia y ánimos a los supervivientes, su hija y su yerno, que fueron rescatados por marineros de la zona y llevados a tierra.
Un naufragio «moi rápido»
Las alertas sonaban este jueves en torno a las 8.30 de la mañana. El barco de Pepe, el Hermanos Rey, se encontraba trabajando en una batea en aguas de Rons (O Grove). La embarcación se preparaba para regresar a tierra cuando el giro de una grúa, combinado con el peso de la carga que transportaba, la hizo volcar. Los tres tripulantes que se hallaban a bordo cayeron al agua. Pepe Rey, de 75 años, y que no sabía nadar, no pudo salir a flote. Su hija y su yerno, en cambio, resistieron en la superficie hasta que el barco Polaris pudo rescatarlos.
Pese a la inmediata reacción de las embarcaciones del sector que se encontraban en la misma zona y acudieron a su auxilio, fue demasiado tarde para el dueño de la batea. José Rey, que se encontraba en situación de jubilación parcial, contaba con un larga experiencia en el mundo del mar.
Fue un particular el que alertó al 112 Galicia explicando que había dos personas fuera del agua, sobre una lancha, y una desaparecida tras el naufragio de un barco, indicando que, posiblemente, esta última estaba dentro de la embarcación. El operativo de rescate comprobó que la persona desaparecida estaba dentro de la embarcación, que ya tenía la proa completamente al sol, y la única forma de localizarla fue mediante la inmersión. Un buceador de la zona descendió y encontró el cuerpo sin vida del patrón, cuyo cadáver fue trasladado hasta el muelle por otra embarcación, el «Nuevo Moldes», para continuar con el procedimiento habitual de reconocimiento e identificación.
Fue un antiguo compañero de la víctima, Manuel Garrido Salgueiro, quien explicó lo ocurrido a pie de muelle, tal y como los supervivientes acababan de relatárselo minutos antes. «Tiñan unha tolva no costado, dous palés cargados e ían saír da batea. Tiñan cargado o cesto coa grúa, e ao xirar polo costado, o barco volcou de golpe. Todos caeron ao mar e o xenro e a filla foron quen de nadar, pero el non. Pasa moi rápido, e co susto, non saber nadar, e coas botas e a roupa de auga, é moi difícil».
La tragedia, aseguró el subdelegado del Gobierno en Pontevedra, Abel Losada, dará lugar a la preceptiva investigación.