Patrocinado porPatrocinado por

España neutraliza el recorte de días de pesca en el Mediterráneo con vedas, cambio de mallas y puertas voladoras

e. a. / s. s. REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

Lorena Sopêna | EUROPAPRESS

Los pescadores señalan que las medidas de compensación para obtener jornadas de faena supondrán un esfuerzo económico que no todos van a poder asumir

12 dic 2024 . Actualizado a las 04:45 h.

Que ha sido una negociación muy complicada lo ha dicho el ministro español de Pesca, Luis Planas, lo ha repetido el comisario de Océanos y Pesca, Costas Kadis, y lo ha certificado el ministro de Agricultura de Hungría, István Nagy, que pocas veces había visto el mar tan de cerca como en las últimas 72 horas, aunque solo fuese en papeles. Para Planas, el que acabó en la madrugada de este jueves ha sido, probablemente, el Consejo con las negociaciones «de las más difíciles» en materia de pesca en los 7 años que lleva como ministro del ramo. Pero «ha valido la pena», sentenció. Porque está convencido de que los resultados, muy positivos en el caso del Atlántico, también lo son para el Mediterráneo.

Según manifestó al término del Consejo de Ministros de Pesca celebrado en Luxemburgo, se ha conseguido «neutralizar el recorte del 79 % de los días de pesca» que planteaba la Comisión Europea en una propuesta tan «drástica» como «desenfocada» que habría dejado en 27 las jornadas de trabajo, algo que haría inviable la actividad de los 570 barcos que componen la flota de cuatro comunidades autónomas afectadas.

El acuerdo, conseguido gracias a que España e Italia se mostraron unidas y firmes hasta el final —Francia, con poco más de 45 barcos, se apeó en el camino—, establece una serie de medidas selectivas con las que compensar ese recorte, de forma que «los pescadores van a tener en el 2025 los mismos días de pesca que tenían en el 2024», aseguró Planas.

Pero ese aumento está supeditado a que el armador adopte una serie de adaptaciones para hacer más selectivas las tareas pesqueras. Medidas que tienen que ver unas «con el tamaño de las mallas», otras con «las vedas» y un tercer grupo con «las artes de pesca», explica el ministerio en un comunicado. Son seis medidas y bastaría con aplicar dos de ellas «para poder recuperar la totalidad de los días».

De esta manera, se podrán ganar hasta un 30 % de jornadas de actividad si se realiza un cambio de malla a los 45 milímetros para la pesquería de la costera y hasta un 50 % para la pesquería de profundidad si adopta una malla de 50 milímetros.

En cuanto a vedas, la aplicación de una parada temporal de cuatro semanas permitirá recuperar un 15% de días de trabajo. También se podrá recuperar un 3 % de jornadas por el establecimiento de una veda de 800 a 1.000 metros de profundidad, medida que la flota española ya lleva a cabo, y otro 10% con una parada de seis semanas entre 100 y 500 metros de profundidad. Igualmente podrá recuperarse otro 3 % si el sector establece puertas voladoras, que parte de la flota ya utiliza.

Según el ministerio, la Comisión Europea se ha comprometido a facilitar el acceso a fondos europeos para financiar las medidas incluidas en el mecanismo de compensación de días.

Otro aspecto positivo que destacó el ministro de la negociación es que se ha conseguido frenar el recorte de la gamba roja. El cupo se ha rebajado un 10 %, no el 30 que se pretendía.

Un coste económico extra que no todos los armadores van a poder asumir

El sector pesquero del Mediterráneo no ve el acuerdo con tanto optimismo como el Gobierno central. «No es un buen resultado», aseveró Javier Garat, secretario general de la patronal Cepesca, dado que supone «una vuelta de tuerca más» sobre un sector que ya está al límite tras 5 años de recorte tras recorte que han mermado en un 40 % sus días de actividad. Y no hay que perder de vista que lo que se ha aprobado es una rebaja del 79 % del esfuerzo pesquero y una reducción del 10 % en la cuota de gamba roja. Y aunque si bien es cierto que se puede suavizar ese golpe, «falta la letra pequeña», como hacía ver a Europa Press Domingo Bonnín, presidente de la Federación de Cofradías de Baleares.

Porque las medidas de compensación no son gratis. Suponen un esfuerzo adicional y un coste económico extra «que no todos van a poder asumir, explica Garat. Por ejemplo, usar malla de 45 en vez de 40 milímetros en unas zonas de pesca dejarían escapar buena parte de las capturas, con lo que bajaría el rendimiento de los barcos y no sería viable la actividad. El cambio a 50 para la gamba roja puede ser viable, pero con un coste que «veremos si se puede financiar con fondos europeos o no» y, sobre todo, cuándo y en qué porcentaje, igual que las puertas voladoras.