Patrocinado porPatrocinado por

Tijeretazo a la pesca de lamprea en el río Miño: solo se autorizan tres meses

Monica Torres
mónica torres A GUARDA / LA VOZ

SOMOS MAR

Oscar Vázquez

El declive de la especie provoca un nuevo recorte de 15 días en la campaña

13 ago 2024 . Actualizado a las 04:45 h.

Nuevo tijeretazo a la campaña de lamprea en el río Miño. Por segunda vez en un lustro se recorta la temporada en otros quince días. Lo habitual hasta el año 2020 era que se pescase desde el 2 de enero hasta finales de abril, pero la próxima campaña acabará el 30 de marzo. Así lo recoge la nueva normativa para el tramo internacional del río que ayer publicó el Boletín Oficial de la Provincia.

La vampiresa del Miño, cuyo nombre científico es Petromyzon marinus, aún tiene en el Miño una de sus grandes reservas naturales, pero el declive de la especie ha obligado a asumir los recortes para favorecer su viabilidad. La última temporada ya implicó una subida de precios. Las capturas se desplomaron respecto al ejercicio anterior y llegó a pagarse a 120 euros en la lonja de A Guarda, según los datos de la plataforma Pescadegalicia.gal. El declive de ejemplares es continuo en la última década. Con algún pico hacia bajo o algún repunte, como el del 2019, la gráfica evidencia la preocupante tendencia. En el 2014 pasaron por la lonja guardesa 19.779 kilos de lamprea y en el 2015, otros 22.969. La última campaña se cerró con 1.709 kilos, casi la mitad de los 2.856 del año anterior, lo que se tradujo en un 84 % menos de capturas que hace una década.

La escalada de precios es proporcional. Durante la pandemia, debido a la falta de lluvias, el poco caudal del Miño y el parón de la hostelería, los precios crecieron, pero fue el año pasado cuando tocaron techo. El valor de la pieza para cuatro personas de este manjar del Miño, que vuelve locos tanto a los gourmets más exquisitos como a los paisanos de buen diente, alcanzó los 180 euros en varios restaurantes que han convertido este plato en su insignia. Pero incluso así, los restaurantes que la preparan siguen llenando sus comedores porque «salía todo lo que entraba en la cocina», explican los profesionales del sector hostelero. Los precios fueron de récord porque hay muy poca, pero de muy buena calidad. Además, la lamprea es uno de los escasos pescados que se venden por pieza y no por kilo. La de más de 1.200 gramos salió a 100 o 105 euros; la de menos, a unos 65. La reclamación del sector es que este animal prehistórico de pasión culinaria exacerbada y odios de imposible reconciliación se venda por peso, como las demás especies de A Guarda, su puerto gallego de referencia, y que además se subaste.

Diferentes tesis

En el 2014, el precio mínimo de este pez casi mitológico era de 1,90 euros y el máximo, de 20. Diez años después, el más bajo ha sido de 30 y en lonja llegó a los 120, según Pescadegalicia.gal.

Sobre los posibles motivos de esta caída en el volumen de pesca, el debate está abierto. Al cambio climático en el que se registra una subida generalizada de la temperatura del agua y amplios períodos de sequías que afectan negativamente a esta especie se suman otras tesis, como los saltos de agua. Hay quien sostiene que los embalses restringen el caudal de agua cuando las lampreas remontan el río para desovar. Otros hablan de sobreexplotación sin parones biológicos.

Entre las preocupaciones de los profesionales está la falta de denominación de origen. La llegada de la lamprea francesa hace que, pese a la escasez de producto local, bajen los precios en medio de la temporada, pero sin saber la procedencia del producto por el que se paga. La que viene del país vecino se llega a vender como si fuera del Miño. Los profesionales urgen esa denominación que respalde la procedencia de este monstruo de la gastronomía gallega que ya en la época de los emperadores viajaba hasta Roma en vasija.