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La basura que inunda el mar en A Coruña: retiran treinta neumáticos y dos toneladas de residuos del entorno de la torre de control en apenas dos horas

Tamara Rivas Núñez
Tamara Rivas A CORUÑA

SOMOS MAR

Un centenar de voluntarios, entre ellos 40 buzos, participaron en la quinta edición de la Gran Limpieza de Fondos Mariños, una acción que se enmarca dentro del festival Mar de Mares

17 jun 2024 . Actualizado a las 08:18 h.

Es innegable que los fondos marinos se han ido convirtiendo en pequeños basureros que, con el paso de los años y con los comportamientos incívicos de parte de la sociedad, han ido aumentando su tamaño. Pero es a través de acciones como la Gran Limpieza de Fondos Mariños que esta mañana celebró su quinta edición en el entorno de la torre de control marítimo cuando la sociedad puede tomar conciencia de la gravedad del problema.

Un escuadrón de limpieza integrado por 40 buzos —contaron con el apoyo de embarcaciones de la Cruz Roja, del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil y bomberos del parque de A Grela— al que se sumó cerca de un centenar de voluntarios en tierra logró retirar algo más de 2.000 kilos de basura del fondo del mar. Entre las dos toneladas de residuos había una treintena de neumáticos de diferentes tamaños, incluidos dos de grandes dimensiones pertenecientes a camiones, dos vigas de acero de las utilizadas en construcción, cabos, aparejos de pesca, lonas, teléfonos móviles e incluso un mando de televisión. «A cifra non é o importante, aínda que todo suma. Trátase dunha acción simbólica que ten como obxectivo concienciar e facer visible o problema», señaló Luis Cousillas, coordinador del festival Mar de Mares, dentro del que se enmarca esta acción civil liderada por Signus —la entidad que cada año gestiona en España 15 millones de ruedas usadas— y bajo la dirección técnica de Buceo Galicia.

El trabajo en el mar resultó complicado. «En los puertos siempre es difícil. Vamos a oscuras, prácticamente a ciegas. En cuanto se da un golpe en el fondo, se levanta todo y apenas se puede ver», explicó Hugo Rodríguez, responsable de Buceo Galicia. «En limpiezas como esta siempre digo que cuanta menos basura se retire, mejor, porque querrá decir que el fondo marino está limpio. Pero hoy no ha sido el caso», añadía mientras señalaba el volumen de residuos de la vergüenza retirados a los pies de la torre de control.

Voluntarios en tierra

Desde tierra, un batallón de voluntarios escudriñó metro a metro la escollera del dique de abrigo para eliminar toda la basura que buenamente podían. «Encontramos botellas, cuerdas, porexpán… ¡de todo!», comentaba asombrado el pequeño Ferran González, que por segundo año acudió con sus padres a esta limpieza para aportar su granito de arena a la causa. Fue precisamente la implicación de las familias una de las cosas que Cousillas quiso poner en valor al término del evento. «Isto é motivo de celebración. É importante que moitos dos que viñeron e colaboraron coa limpieza desde terra fixéronno en familia, cos seus fillos, inculcando aos máis pequenos estes valores», aseveró.

Entre ese grupo que colaboró desde el dique en la retirada de residuos estaba la joven activista de los océanos Olivia Mandle. «Ver esta movilización y todo lo que se ha conseguido sacar del fondo del mar es increíble. Los niños se han implicado mucho y eso da esperanzas», valoró.

«Hay neumáticos que están hundidos en el lodo y no hay forma de sacarlos»

Un año más, los neumáticos se impusieron como reyes de la basura. Los cuarenta buzos que participaron en la limpieza retiraron en poco más de dos horas una treintena de ruedas. «Estos son los que se pudieron sacar. Hay otros que resulta imposible con los medios de los que disponemos. Están hundidos, llenos de lodos, y no hay manera de moverlos», aseguró con rotundidad José Luis Planas, un buzo que ha participado en acciones como esta en otras localidades como Ferrol, Sada o Ribadeo. «Nada más sumergirnos nos encontramos con una maraña enorme de cabos. Hubo que ir cortando trozo a trozo para que se fuese soltando y poder sacarlo del fondo. ¡Su trabajó costó!», afirmó entre risas tras un esfuerzo de dos horas bajo el mar. Para subir a puerto alguno de esos neumáticos, se necesitó el trabajo conjunto de seis personas.