Un museo para Ons: de la púrpura de los ricos a las sardinas de dos mil años
SOMOS MAR
La conselleira de Medio Ambiente, Ángeles Vázquez, inaugura la sala arqueológica de la isla buenense
26 mar 2024 . Actualizado a las 11:07 h.El centro de interpretación de Ons, adscrito al Parque Nacional Illas Atlánticas de Galicia, cuenta desde esta semana con una sala de arqueología, que permitirá exhibir algunos de los hallazgos más destacados del pasado castreño, romano y medieval de la isla buenense. Al acto de apertura al público, asistió la conselleira de Medio Ambiente, Ángeles Vázquez, cuyo departamento se ocupa de la gestión del Parque Nacional, así como el director de Illas Atlánticas, José Antonio Fernández; y el arqueólogo que dirige las excavaciones en la isla y diseñó la sala, Adolfo Fernández. La sala estará abierta al público en los períodos de visitas turísticas al Parque Nacional, su acceso es gratuito y el local es accesible. Hay explicaciones en gallego y castellano y un código QR para el inglés.
En esta sala específica, destaca por su posición céntrica, una recreación de la Laxe do Crego tal y como figura tallada en la roca de la costa desde Edad Media. Original y, por lo tanto, de más de un milenio y pico, es la tapa del sarcófago. Nadie sabe quién se enterró allí.
Si esta es la pieza de mayor tamaño, hay otras de no menor interés y que nos acercan a la realidad cotidiana de los antiguos vecinos de la isla. En varias vitrinas se pueden ver objetos de loza y cerámica empleados en el castro de Castelo dos Mouros, o en el yacimiento de Canexol. Llaman la atención una selección de conchas de múrice, un crustáceo hoy extinto en el Parque Nacional, y que los antiguos utilizaron para extraer el tinte púrpura con el que teñían los tejidos de los romanos ricos. Adolfo Fernández recordó que esta es la primera vez que se documenta una fábrica de púrpura no ya en Galicia, sino en este ámbito del Atlántico. Esta factoría está ubicada en la playa de Canexol.
En el centro de interpretación de Curro, se muestran los múrices, tanto con la concha entera, como con su caparazón partido en trozos y es que este último hallazgo, a centenares, evidenció que, en el caso de Ons, este crustáceo se usaba para fabricar púrpura y no para comer, porque para llegar al la glándula que produce el tinte hay que romper su concha, mientras que para su consumo humano no hace falta tanto esfuerzo.
Son los múrices los que dan nombre a la ruta que el arqueólogo explicó que también se puede seguir por la isla, uniendo los lugares de su mayor interés histórico. Eso sí, como el castro está en una ubicación algo compleja, su acceso estará restringido y será necesario ir con guía. No obstante, la conselleira de Medio Ambiente y el director de Illas Atlánticas explicaron que está ya en activo el servicio de guías en Ons para que se puedan realizar las rutas con los especialistas y sin ningún inconveniente.
Una dieta gallega antigua
En la misma vitrina donde se ven las conchas también se ofrece una muestra de los restos de la comida de los isleños antiguos. Hay huesos de cabra, vaca y cerdo, que aparecieron amontonados en las piletas de la factoría de salazón y múrice tras su abandono en la época final del Imperio Romano. Adolfo Fernández indicó que cuando la fábrica dejó se emplearse, se transformó en un vertedero y por eso se han encontrado tantos huesos de animales, entre ellos incluso el esqueleto entero de un gato.
De la época romana y cuando junto a la factoría de púrpura funcionaban también otras dos, y quizás tres, de salazón, se han encontrado montones de minúsculos objetos que podrían pasar de lo más desapercibido y se habrían perdido para siempre si no fuese por la minuciosidad de los arqueólogos. Se trata de espinas de sardinas, que tienen por lo tanto unos dos mil años y que dan fe, también, de la importancia económica que este humilde pescado tuvo en la época romana.
En otra de las vitrinas también se pueden observar un manojo de pequeñas monedas de bronce de la etapa final del Imperio, que aparecieron escondidas en los cimientos de una vivienda en el poblado romano. Nadie sabe por qué las dejaron allí ni por qué no volvió su dueño a por ellas. Su hallazgo fue una de las sorpresas de hace dos campañas en este yacimiento histórico.
La conselleira Ángeles Vázquez, agradeció el trabajo de los especialistas y también la colaboración de los vecinos de Ons a la hora de enriquecer el centro de interpretación con objetos de interés etnográfico en las salas habilitadas para esto. ««Seguimos poñendo en valor un turismo distinto, único e singular, como é o de natureza». Y sobre Ons añadió: «Esta illa da moito de si, e porque segue mantendo uns veciños marabillosos que nos axudan a dicirlle ao resto do mundo que é o que había, que o que están facendo agora e o que lles gustaría facer no futuro. A contribución dos veciños é excepcional», concluyó.