El sector pesquero se solidariza con los agricultores, pero no se movilizará y actuará por la vía de la presión para que la UE priorice la soberanía alimentaria
SOMOS MAR

Reforzará sus peticiones al Gobierno español para que haga valer los intereses de su industria primaria
15 feb 2024 . Actualizado a las 04:46 h.El sector pesquero, acuícola y los minoristas de pescado, que ya expresaron su solidaridad con agricultores y ganaderos desde el inicio de sus movilizaciones, mantienen «su apoyo de manera inquebrantable» a los mismos. Ahora bien, sus patronales no se sumarán a las protestas y dejan en manos de las asociaciones y agrupaciones que integran los distintos órganos representativos del sector la capacidad de acometer acciones, «apelando a la responsabilidad y a la no vulneración de los derechos de los ciudadanos», explican en un comunicado.
El sector ha mantenido intensas reuniones en los últimos días para decidir si se unían a las acciones en la calle, decantándose por no hacerlo «teniendo en cuenta la diversidad de pesquerías y realidades de su cadena de valor».
Eso sí, acordaron por unanimidad fortalecer los esfuerzos de su reivindicación de cara a las elecciones europeas del 9 de junio, ya que, a su juicio, el próximo Ejecutivo comunitario deberá dilucidar «de una vez por todas qué tipo de sector primario quiere y qué valor quiere otorgarle frente al resto del mercado y, en consecuencia, a la soberanía alimentaria de los ciudadanos» de los Veintisiete.
El sector ha manifestado que, ante estas elecciones, reforzará sus peticiones al Gobierno español porque, a su juicio, como país líder pesquero de la Unión Europea, «debe hacer valer y defender los intereses de su industria primaria española, sentirse orgullosa de ella y no frustrar a toda una nueva generación de profesionales su acceso a una actividad con un alto componente de tradición familiar».
Por el momento, tanto Cepesca como la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores, así como Apromar (acuicultores) y Fedepesca (pescaderos tradicionales), creen que la UE, y en especial la Comisión Europea, está «muy lejos de la realidad», primando en sus políticas el componente medioambiental «de manera obsesiva», lo que ha provocado unos niveles de control y burocracia administrativa asfixiantes «que comprometen seriamente la viabilidad de las empresas».
El sector también cree que estas políticas debilitan «irresponsablemente» los intereses de los ciudadanos y «Europa está poniendo en juego su soberanía», al depositar su capacidad para alimentar a su ciudadanía en las importaciones. De hecho, el 70 % del pescado consumido en la UE proviene del exterior y, según el sector, facilitando la entrada de estos productos, sobre todo de origen asiático, sin exigirles los mismos estándares que a los productores comunitarios, por lo que son más competitivos en precios al no estar sometidos a las mismas exigencias.