La centolla reina en las plazas, donde no se ve pescado en cantidad, pero sí variedad
SOMOS MAR
![](https://img.lavdg.com/sc/057xMxh2s6-fuZFNdU1xIC3Z10A=/480x/2023/11/15/00121700076362624105982/Foto/A_20231115_183837000.jpg)
Los precios han subido por el mal tiempo, pero no se han disparado, salvo en el caso de los bivalvos
16 nov 2023 . Actualizado a las 19:45 h.La primera mañana de sol, tras cuatro semanas consecutivas de lluvias, animó ayer el ambiente en las plazas de la orilla sur de la ría de Arousa. Sobre todo en Cambados, que los miércoles acoge su mercadillo. A excepción de la centolla, el producto estrella cuya temporada acaba de arrancar, en los puestos no abundaba la cantidad, pero sí la variedad y la calidad de pescados y mariscos.
Aunque se vendieron ejemplares más baratos, a 18 euros, el centollo, que está en su momento, se cotizaba a 25 euros por kilo la hembra y a 20 el macho. Precios asequibles, antes de que el rey del marisco enfile su escalada anual con la vista puesta en las fiestas navideñas. Comprar y congelar es una de las prácticas más socorridas para evitar el desembolso final, siempre más oneroso. Poco buey, a 16 euros el kilo, y escaso también el camarón, que no descendía de los 25 euros. Lo mismo sucedía con la nécora, a 30 euros la pieza pequeña y a 20 la mediana. El bogavante, entretanto, se pagaba a 45 euros.
La flota, ocupada con el crustáceo de moda y lastrada por el mal tiempo, no pudo llenar los puestos de pescado. Aunque en este capítulo sobresale el lenguado, que comienza a llegar a las plazas y también está en su temporada. Claro que degustarlo requiere desembolsar 25 euros por kilo. La lubina rondaba los 20 euros y el abadejo los 15. Acedías y sargos completaban la oferta.
Entre el mal tiempo y la subida de precios, las placeras de Ribeira dicen que las ventas flojean. Como en la orilla sur, ayer no había abundancia, pero sí un poco de todo. Lo suficiente para abastecer a unos clientes que, sin embargo, llegaban a cuentagotas. Una de las pescantinas, María Mayán, aseguraba que «está todo máis parado do que sería normal nestas datas e o tempo non axuda, porque hai menos oferta e suben os prezos». A 10 euros podía comprarse un kilo de merluza. Los valores se disparaban si uno apuntaba a la lubina, 27 euros, y más si lo que le atraía era el lenguado, a 29 y 28. El abadejo, al corte, 22 euros el kilo.
Hay clientes que aprovechan el buen precio de la centolla, entre los 12 y los 17 euros el kilo, para congelarla. Lo de los bivalvos es cuestión aparte. La mortandad ha disparado su precio y, así, la almeja roja estaba ayer a 29 euros el kilo en Ribeira, espantando a los compradores.
Pescado, pero no clientes
En Pontevedra, el mal tiempo ha vaciado más de clientes el mercado que de producto. La gente «tiene que saber que hay pescado», recalca la pescantina Margarita Barreiro delante de un puesto con centollas (23 a 25 euros), rapantes (entre 13 y 16) y lubinas a 30 euros, tres menos que en verano. Han notado que la venta de marisco para Navidad va más lenta que en otros años.
En la plaza de abastos de Carballo no han tenido problemas de desabastecimiento de pescado en los últimos días. Se surten de la lonja de Malpica y los barcos del día han salido toda la semana. El pescado no está especialmente caro, pero sí los berberechos, que se pagaron ayer en la plaza a 25 euros. La almeja babosa cotizó a 37 euros. También podían verse merluzas del pincho grandes, a 17 euros; rodaballo, a 40; lenguado, al mismo precio y abadejo, a 15.
En A Mariña todavía no es época de centolla. Allí no ha abierto la veda. Es de choco, raya y bacalao fresco. Se ve menos sanmartiño, lenguado y palometa, cuyos precios han subido, y tiran de las ventas el gallo, congrio para caldeirada, merluza, salmón o lirio.
Información elaborada por S. González, A. Gerpe, Y. García, N. D. Amil y C. Viu