La campaña marisquera de Noia confirma el peor inicio de la historia: «Nunca vin tanta miseria»

SOMOS MAR









































Muchos productores no alcanzaron a coger los cupos de bivalvo fijados por la cofradía
17 oct 2023 . Actualizado a las 12:56 h.Lo normal en un primer día de campaña marisquera en la ría más rica en producción de berberecho es que las colas en la lonja para pesar el marisco se extiendan hasta los pantalanes. Lo normal es que el patrón mayor de Noia presuma de la calidad y del tamaño de un bivalvo que hoy brilla por su ausencia. Lo normal es que unos mariscadores digan que el día ha ido bien, otros regular y otros, tirando a mal. Pero nada de eso ha pasado este año en la vuelta a los arenales de los productores noieses. Lo que ha pasado es que el recinto de subastas estaba inusualmente vacío, que los operarios de las pesas del berberecho estaban de brazos cruzados y que la opinión de los trabajadores era unánime: «Nunca vin tanta miseria nun primeiro día de campaña».
Las previsiones apuntaban a una campaña desastrosa, y el primer día de actividad se ha encargado de confirmar las expectativas más negativas. Es, sin paliativos, el peor arranque de la historia, o al menos, de la historia que alcanza la memoria de los más veteranos: «Houbo quen trouxo un quilo de berberecho, a onde vas con iso? Levo vindo ao mar desde nena e na miña vida vin cousa igual», comentaba Manuela Louro, mariscadora de a pie. No era la única que apuntaba a un desastre histórico, de hecho, eran muchos los comentarios parecidos. Una pareja que trabaja a flote y lleva más de tres lustros saliendo a faenar decía algo parecido: «Somos de familia de mariscadores de toda la vida y nunca habíamos vivido algo así. No recuerdo ni al final de una campaña tanta miseria como hoy, y es el primer día». Los cupos de berberecho estaban fijados en cinco kilos para cada tripulante: «No llegamos, cogimos ocho entre los dos, en dos horas de trabajo».
En ningún sitio
La primera jornada tras el parón suele ser de tanteo, y los productores se mueven por las concesiones de la cofradía de Noia buscando los bancos donde está el mejor marisco, pero este año «non hai nada en ningún lado», apuntaba una mariscadora de a flote. Otro trabajador señalaba el desconcierto de la flota: «A xente andaba a voltas buscando e non había nada en ningún sitio».
A pie, el tope de berberecho era de tres kilos, y también hubo muchas mariscadoras que volvieron de la playa sin alcanzarlo: «Nin no último día dunha mala campaña ten habido tan pouco marisco». Y lo peor no es solo que la campaña actual esté perdida, sino que muchos temen por la próxima. Sobre la presencia de cría en las concesiones del pósito noiés sí hay diversidad de opiniones, y mientras unos se consuelan con eso, otros tienen muchas dudas sobre el futuro: «Hoy ha ido muy mal y las perspectivas para el próximo año tampoco son buenas. El cabildo dice que hay mucha cría, pero nosotros no la vemos».
Otros sí encontraron «millóns» de bivalvos muy lejos todavía de alcanzar la talla comercial: «Cría hai de todo, pero de bo tamaño para este ano non hai nada».
Esperando las cotizaciones
Ante la escasez de recursos, no faltaba quien se agarrase al clavo ardiendo de las cotizaciones para intentar mitigar el varapalo del inicio de la campaña marisquera, pero tampoco las expectativas eran las mejores porque, además de poco, el marisco que se capturó era de bajo calibre: «O berberecho é todo de terceira ou cuarta», mostraba un productor en el resguardo de sus capturas.
«Normalmente cuando hay poco se paga más, pero es pequeño, así que a ver como van los precios», señalaba otra trabajadora, que añadía resignada que aguantarán lo que puedan: «Iremos sobre la marcha y trabajaremos lo que nos dejen».
Visto lo visto, no parece que vaya a ser demasiado tiempo, y el propio patrón mayor, Santiago Cruz, reconocía que es difícil de prever, pero la actividad no se prolongará más allá de unos pocos días, lo que aboca a los mariscadores a acudir a ayudas, si es que pueden. Rafa García, que faena a flote, explicaba que lleva seis años dedicándose al marisqueo y que, tras el abrupto cierre de la campaña pasada, que no reabrió tras el parón navideño por la elevada mortandad del marisco, no tuvo ninguna compensación. Si vuelve a paralizarse la actividad, teme que tener que arreglárselas con los meses de paro que le corresponden: «Esa é a miña axuda». Mientras, lamenta no poder trabajar, no solo por él, sino porque el naufragio del marisquero es una tragedia para el municipio de Noia en general dada la cantidad de familias que directa o indirectamente viven del mar: «Moléstame. Dedícome a isto desde que teño 16 anos e non podo vivir disto. E moléstame tamén polo pobo, o pobo sen marisco non vive».
La almeja fina llegó a 88 euros y el berberecho, a 32, pero no palió la caída de capturas
Se veía venir, pero las subastas en las lonjas de Testal y O Freixo confirmaron el descalabro del inicio de la campaña y las cifras de capturas que salieron a la venta son elocuentes: si el año pasado el primer día se extrajeron de los arenales casi 20.000 kilos de bivalvo, ayer no se llegó a los 6.000, lo que supone que pasaron por la rula unas 14 toneladas menos de marisco.
El dato es llamativo, pero es que el primer día de campaña del año pasado también fue malo porque los productores estaban pendientes de los resultados de los análisis de toxina y cuando estos llegaron los de a pie ya no pudieron salir a faenar. En el arranque de la temporada anterior se subastaron 23.580 kilos de bivalvo, de ellos, unas 19 toneladas eran de berberecho, y la facturación superó los 250.000 euros. Ayer, el global de capturas ascendió a 5.268 kilogramos, y solo 2.482 fueron de berberecho. Especialmente llamativa es la cantidad del molusco de primera y de segunda, del que se subastaron 18 y 206 kilos, respectivamente.
Con estas cifras, los precios del berberecho de mayor calibre fueron altos —el de primera se pagó a 32,87 euros y el de segunda a 26,75 y el de tercera, a 17,33—, igual que de almeja fina, con unas capturas de 338 kilos y una cotización media de 66,10 euros (el precio máximo fue de 88). Sin embargo, ello no fue suficiente para remontar el desastroso arranque de la campaña y la facturación toral se quedó en 86.000 euros.
Unos días
Decía el patrón mayor que la duración de la campaña estaría condicionada por los precios, pero por mucho que acompañen las cotizaciones, los recursos son finitos y más pronto que tarde habrá que dar descanso a los rastros de nuevo: «Non imos aguantar moitos días porque non hai molusco, onde se quita non se pon e dentro duns días non vai quedar nada».
Santiago Cruz insistía en lamentar la actuación de la empresa que gestiona el embalse del Tambre, que vincula directamente con la mortandad del marisco de las concesiones noiesas: «Abren a presa coa marea baixa e con previsión de moita chuvia e arrasan con todo, a Xunta debería controlar iso e esixir un protocolo porque os que o pagamos somos os mariscadores».