El sector bateeiro asume resignado el retraso de la campaña del mejillón
SOMOS MAR
La industria, que debería estar trabajando, sigue esperando a que el molusco engorde
05 sep 2023 . Actualizado a las 04:50 h.El mejillón gallego sigue sin engordar. El bivalvo que se cultiva en las bateas continúa dando unos rendimientos de carne muy bajos, lo que está trastocando el calendario habitual de trabajo tanto de los productores, como del resto de eslabones de la cadena mar-industria que arranca en la ría y finaliza en el mercado. El mejillón está delgado y así ni pueden arrancar las máquinas de las industrias transformadoras, ni la campaña capitalizada por el Consello Regulador do Mexillón de Galicia, que se pone en marcha únicamente cuando el bivalvo está en sus mejores condiciones: con un rendimiento en carne por encima del 18 %. En los últimos años, esa campaña ha comenzado, sucesivamente, en julio, principios de agosto y finales de este mismo mes.
Este año, septiembre ha comenzado y el mejillón sigue sin haber alcanzado las condiciones requeridas. En ello puede haber tenido que ver la temperatura del agua registrada este verano en la ría, muy por encima de los parámetros habituales. Esos grados de más que tanto agradecían los bañistas podrían haber desorientado al bivalvo, provocando unos desoves continuados y extemporáneos. Cuando el mejillón desova, explican desde las organizaciones de productores, invierte en esa acción una energía que debería estar destinando a ganar carne.
«Agora parece que a temperatura da auga na ría está arrefriando e que o mexillón comeza a recuperarse», comentaban ayer varios mejilloneros consultados, si bien aseguran que de momento «a mellora é moi cativa», muy poco perceptible. De hecho, hay quien sostiene que esa mejoría es más una esperanza que otra cosa.
El camino, aseguran los productores, va a llevar su tiempo. «Vimos moi de atrás, non podemos perder iso de vista. Hai moito que recuperar», señalan. Por lo menos, en las últimas semanas ya no se perciben los elevados índices de mortandad que durante este verano afectaron a los tramos más altos de las cuerdas, aquellos que están en contacto con el agua más superficial y, por tanto, con la que alcanza mayores temperaturas.
Tal y como están las cosas, al sector mejillonero no le queda otra que esperar y ver cómo evoluciona la situación en las bateas. Los productores de este molusco tienen constancia, explican desde algunas de sus organizaciones, de que las empresas transformadoras están aguardando con cierta impaciencia el inicio de una campaña que diversas fuentes auguran mala. «O ano pasado non houbo mexillón e este non vai ser tampouco un bo ano nin para nós, nin para a industria», señalan desde los muelles, donde las descargas se producen a cuentagotas en un momento del año en el que la actividad tendría que estar disparada. Y es que los meses de agosto y septiembre han sido, históricamente, el momento álgido de la elaboración de latas de mejillón, lo que generaba tanto trasiego en los muelles como actividad y efervescencia en un buen puñado de empresas situadas en tierra. Cocederos y conserveras, sin embargo, siguen sin poder activar sus líneas de mejillón, con lo que ellos supone de impacto en la economía de todas esas familias que componen esa gran cadena que se enrosca alrededor del oro negro de las rías.