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Iria Gude, la joven que estudia para patrona de altura: «Cuando embarqué en Salvamento descubrí un mundo nuevo»

Laura Ríos
Laura Ríos RIBEIRA

SOMOS MAR

MARCOS CREO

La muchacha ha embarcado en barcos de pesca y hace voluntariado con Cruz Roja desde hace cuatro años

09 jun 2023 . Actualizado a las 09:09 h.

Hay inclinaciones naturales inevitables, deseos internos que quizás uno no sabía que tenía. Este es el caso de la joven Iria Gude, que a pesar de que nunca se había planteado hacer su vida profesional sobre las olas, acabó estudiando para patrona de altura .

Cuenta que durante bachillerato se planteó un montón de posibilidades y que en ninguna de ellas contaba con subirse a un barco, pero todo cambió cuando hizo un voluntariado con Cruz Roja: «Cuando embarqué en Salvamento descubrí un mundo nuevo». Este cambio de perspectiva y el hecho de estar buscando como continuar sus estudios, llevó a la ribeirense a meterse en el ciclo de Transporte Marítimo y Pesca del Litoral: «fue una de las mejores cosas que me pudo pasar»

Para ella, la mejor parte de la formación fue embarcar cuando llegó el momento de hacer prácticas. El barco que le tocó fue el Pico Sacro, en el que el patrón era su propio padre: «Que te enseñe alguien de la familia siempre es un lujo, por ahí pasamos todos los hijos, mis hermanos mayores también se dedican al mar, y eso que mi madre siempre ha querido que fuésemos por otra rama». Esta experiencia le sirvió para poder pasar más tiempo con su progenitor, que siempre ha estado en casa solo durante los fines de semana.

Lejos de sentirse fuera de lugar, la barbanzana destaca que todas las tareas diarias, como arrancar el aparejo o arreglar las redes, le parecían una aventura, un encargo liviano a cambio de contemplar la inmensidad azul desde un lugar privilegiado: «Me siento conectada con el mar, es algo que no puedo expresar con palabras, por eso yo siempre ofrecía mi ayuda a los compañeros para lo que fuese».

No todas las jornadas eran iguales, pues unas eran más duras que otras, ya fuese por el tiempo o la demanda física de las tareas: «A mi me saturaba mucho seleccionar el pescado, al final acababa viendo todo igual, ya no los diferenciaba».

Crecer como persona

Mientras habla, Gude da especial importancia a su primer patrón en Salvamento Marítimo. «Él me animó muchísimo, vi que podía enfrentarme a situaciones para las que pensaba que no estaba preparada», declara.

Fue tanta la motivación que sintió que mientras estaba embarcada, aprovechaba los fines de semana de descanso para ayudar a sus compañeros de Cruz Roja en lo que necesitasen o hacer entrenamientos con ellos: «A veces eran muy duros porque tenías que ir en helicóptero y bajar hasta una embarcación, acababas empapada y exhausta, pero era muy gratificante».

La fortaleza mental de la muchacha ha sido puesta a prueba muchas veces, pero fue una en específico la que más la marcó. Hace unos años, participó en el rescate de un hombre que había caído al mar y cuyo cuerpo sin vida no pudo ser hallado.

Los rostros destrozados de familiares y amigos y el ansia de querer encontrarlo a toda costa fue una experiencia ardua para los voluntarios. «Nuestro patrón se sentó con nosotros y nos dijo que era importante que exteriorizásemos lo que sentíamos, que había confianza entre todos». Aún así, la barbanzana sigue enamorada del vaivén de las olas, tanto que actualmente estudia en A Coruña un ciclo superior con el que llegar a ser patrona de altura.