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Las cofradías recelan del viento del norte: expulsa una marea roja y puede traer otra a la ría de Pontevedra

Marcos Gago Otero
marcos gago PONTEVEDRA / LA VOZ

SOMOS MAR

Mariscadoras en la ría de Pontevedra, en una imagen de archivo
Mariscadoras en la ría de Pontevedra, en una imagen de archivo Ramón Leiro

El marisqueo sigue cerrado por un episodio de toxina paralizante desde el 25 de abril

20 may 2023 . Actualizado a las 04:50 h.

El viento del norte, responsable del cambio de las corrientes internas de la ría de Pontevedra, propicia la expulsión al océano de las partículas de la toxina PSP o paralizante que forzó el cierre del marisqueo el 25 de abril. Esa es una buena noticia para un sector que no ha podido volver a trabajar en las playas en un mes donde los precios, que han sido buenos y bastante estables este año, irán subiendo más según se acerque el verano. Sin embargo, ese mismo viento está acercando a la entrada de la ría pontevedresa otra marea roja, ahora causada por las altas concentraciones del fitoplancton que produce la toxina amnésica y que podría, de entrar en la ría, prolongar todavía más el cierre temporal del marisqueo.

La patrona mayor de Lourizán, María del Carmen Vázquez, expresó este viernes su inquietud de que se repita lo ocurrido el año pasado y «encadenemos una marea roja con otra», justamente cuando los niveles de la presencia de la PSP en la ría, aunque todavía altos, se han reducido de forma considerable en los últimos días.

La marea roja es el nombre popular de un proceso natural del ciclo biológico de algunas especies de fitoplancton, esos microscópicos animales y algas de las que se alimenta el marisco. En ciertas condiciones atmosféricas y de temperatura del agua, las especies que producen la toxina, que es inocua para los bivalvos pero causa problemas para el hombre, se multiplican hasta alcanzar niveles que son arriesgados para la salud de las personas.

Almejas, berberechos y mejillones consumen este fitoplancton sin ningún problema, pero lo acumulan la toxina en el cuerpo y tardan un tiempo en depurarla, razón por la que los controles del Instituto Tecnológixo para o Control do Medio Mariño (Intecmar) son fundamentales en la custodia de la calidad sanitaria de los productos que se venden en Galicia. Cuando los niveles de esas sustancias se minimizan y ya no pueden provocar problemas a la salud humana, entonces se reabren los bancos marisqueros. La marea roja no interfiere en la calidad de las aguas del baño, solo en el consumo por humanos de los moluscos.

La sustancia tóxica que originó la clausura temporal del marisqueo a finales de abril fue la paralizante, la más grave de las tres que se han detectado en las Rías Baixas. Escaló a niveles altísimos, pero hace unos días empezó a descender, una vez que el viento del norte reactivó el ciclo de corrientes de la ría de Pontevedra y empezó a arrastrar esas partículas al océano.

Cuando más activo está el recambio de agua en la ría, menor será la concentración de la PSP, con lo que es previsible que en cuestión de quizás una semana los niveles volviesen a la normalidad para autorizar el trabajo de las cofradías, tanto en barco como a pie. De hecho, en uno de los sectores que están aún cerrados, ya se permite la extracción de navaja, puesto que el nivel de acumulación y persistencia de la toxina en un molusco varía mucho entre cada especie.

El problema está en que a la entrada de las Rías Baixas hay altas concentraciones de toxina amnésica, también producida por fitoplancton, y si el viento sigue empujándolas a la costa podrían entrar en Pontevedra y prolongar, por un tiempo imprevisible, la imposibilidad de mariscar. Por esta razón, los pósitos están muy pendientes de lo que ocurra en los próximos días.