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Hiperxel languidece a la espera de inversores que puedan reflotarla

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

Xoán Carlos Gil

Unas tiendas, cerradas; otras sin casi mercancía y mucha plantilla de baja

10 may 2023 . Actualizado a las 04:47 h.

Al otro lado del teléfono Virginia Navarro, gerente de Xeldist Congelados, cabecera de la marca Hiperxel que integra, además, Congelados Cíes, declina hacer declaraciones más allá de remitirse a que la empresa ha presentado concurso voluntario de acreedores y que, afortunadamente, la huelga indefinida convocada por la plantilla no está siendo secundada de forma masiva. Pero, a la vez, deja entrever que todavía no se da todo por perdido. Que la que es la segunda cadena de España líder en congelados, al menos por número de tiendas aún puede sortear la desaparición.

En tanto el comité de empresa está pendiente de reunirse con los administradores concursales para conocer los detalles, se sabe que hay negociaciones abiertas con dos grupos empresariales interesados en «adquirir unidades productivas» de Xeldist, apuntan fuentes conocedoras de la operación de rescate. Y que hay más interesados, aunque de momento no han ido mucho más allá de eso, de mostrar su interés. Pero mientras los pretendientes se deciden, Hiperxel boquea. «Aquí el tiempo es oro y, lamentablemente, las cosas no va tan deprisa», apuntan.

El deterioro de la situación es galopante. Parte de las tiendas están cerradas. En algunas en las que la reja no se levanta desde hace días, como las que Xeldist tiene en Santiago o en A Coruña, donde un cartel que aclara que está «Pechado por folga» y acusa a Hiperxel de ser «expertos en conxelar os salarios». Sueldos que, además, no ven desde febrero. Otros establecimientos no abren la puerta —como es el caso de uno de los tres que existen en Lugo ciudad— porque quien lo atiende está de baja. No es algo extraordinario. Fuentes del comité de empresa señalan que alrededor de un 30 % de la plantilla está en esa situación. Muchas por «depresión y ansiedad», aclara Eva, dependienta en Caranza (Ferrol), que se siente afortunada porque en su casa entra otro sueldo con el que mitigar el agujero que ha provocado el hecho de no haber cobrado ni las extra de Navidad y marzo, ni el salario de ese mes ni el de abril. Ahora bien, lamenta la situación de otras compañeras que no tienen esa suerte: «Psicológicamente es un machaque; no hay empatía por parte de la empresa, ni nada».

«La vida así no es sostenible», explicaba una dependienta de las once tiendas que la compañía con sede central en Vigo tiene en la provincia de Ourense. Allí tras varias jornadas de huelga, el lunes abrían algunos puntos de venta, pero exigen «una solución: o hacia adelante o que nos manden al paro», porque «cobrar la liquidación por sus años de trabajo» no lo ve viable, admite la trabajadora.

Falta de mercancía

Sin embargo, que algunos trabajadores hayan abandonado la huelga y abierto las tiendas no resuelve otro problema: la falta de mercancía. La situación no es tan grave como la del verano, «que dábamos pena porque casi no había mercancía». Pero no es mucho mejor y en determinados puntos de venta la situación es muy parecida: «No tenemos ya casi nada para vender», dicen desde el establecimiento que está al pie de la carretera de Castilla en Ferrol. En Lalín, por ejemplo, cuentan que desde el 13 de abril no volvieron a recibir mercancía y hoy la mayoría de los arcones están vacíos.

Fuentes del comité de empresa sugieren que la falta de material se debe a que Frigalsa «dejó de servir mercancía» al ejecutar la garantía que había marcado en el plan de reestructuración aprobado a finales de noviembre por el juzgado. Este recogía un sistema de pagos con importantes quitas —de un 85 % a los acreedores financieros— hasta reducir a 5,2 millones la deuda y un compromiso de aportación de 2,8 millones de los fondos actualmente propietarios de Xeldist, Resilience Partner y Certior, para cubrir el agujero que el anterior administrador, Juan Villamizar al frente del Grupo Vinova, supuestamente había dejado. Pero ese plan en el que habían confiado Frigalsa, los inquilinos, la compañía eléctrica y la coruñesa Casalnova, que adelantó mercancía por importe de 1,5 millones para la campaña de Navidad, se frustró cuando el Juzgado de lo Mercantil de Vigo estimó la impugnación de dos empresas que consideraban exagerada su quita del 85 %, dejándolas exentas de esa merma y descuadrando las cuentas en casi tres millones de euros.

Pero eso solo fue la puntilla. Fuentes próximas a la compañía aseguran que lo que falló fue básica y fundamentalmente la campaña de Navidad. Se compró a precios demasiado altos y se inició tarde y con productos no del todo apropiados. Y aunque las ventas repuntaron en Semana Santa, no lo suficiente. «El deterioro de la marca resultó que era superior a lo que se pensaba». Un deterioro que se inició con la integración de la treintena de tiendas de Congelados Cíes, que estaba en la matriz del grupo que compró Hiperxel a Iberconsa, y que muchos señalan como el muerto que mantiene en el fondo una empresa que acumulaba más de 30 años de éxito bajo el paraguas de su anterior propietario, que lo cobijó hasta julio del 2021.