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El resultado de dos cruceros frustrados en Barreras: 500.000 euros en chatarra

Alejandra Pascual Santiago
alejandra pascual VIGO / LA VOZ

SOMOS MAR

XOAN CARLOS GIL

Armón vendió los cascos de los buques pedidos por la naviera Havila a una firma coruñesa que gastó 600.000 en trocearlos

18 mar 2023 . Actualizado a las 04:55 h.

De los tres cruceros que sobrevolaron la quiebra de Hijos de J. Barreras, solo el Evrima logró tocar agua y cumplir la función para la que fue concebido por The Ritz Carlton Yacht Collection, tras una complejísima travesía. Los otros dos pedidos de la naviera Havila Kystruten han quedado reducidos a chatarra. Armón, heredero de las instalaciones del histórico astillero, ha vendido las 4.500 toneladas de acero que conformaban la estructura de los dos buques noruegos por algo menos de 500.000 euros brutos.

El grupo asturiano entregó el lote de acero a una empresa coruñesa de desguaces, que gastó otros 600.000 euros en trocear los barcos. Este es el valor de la mano de obra implicada así como la maquinaria especializada para la demolición de grandes piezas de acero. En total, la firma de chatarra que se interesó por los cruceros frustrados dedicó una inversión de unos 1,1 millones de euros. «En este tipo de intervenciones es necesario muchísimo oxígeno de corte. Es una actuación costosa», valora un experto en soldaduras. «Los aceros estaban decentes», añade un antiguo trabajador de Barreras.

Hace un mes, en el mercado común, la tonelada de chatarra se vendía por unos 350 euros.

Dar salida a los esqueletos de 180 metros de Havila no ha sido una tarea sencilla porque hubo que aguardar a la resolución definitiva de Barreras y porque la naviera nórdica los reclamaba como suyos. En todo caso, Havila deducía que los ingresos que iba a percibir de los cascos no sería cuantioso, por el coste que podría suponer el desmantelamiento. El desguace se llevó a cabo definitivamente el pasado otoño, con un trajín de furgonetas entrando y saliendo en el número 2 de Beiramar. Se llevaron a bordo los últimos vestigios de la actividad naval del que fue en su día el astillero privado más importante de España.

Desprenderse de los cascos de los cruceros era una intervención urgente para dejar sitio a las nuevas construcciones por parte del grupo asturiano Armón. Las 4.500 toneladas ocupaban una parte importante de las gradas y otros bloques obstaculizaban la actividad en tierra.

Havila encargó los buques a Barreras por un coste de 270 millones de euros. El contrato entró en vigor en abril del 2018. Una acumulación de problemas técnicos y financieros paralizaron la construcción en el 2019. El astillero vigués, que entonces ya sufría ciertas complejidades de solvencia, alegó que además existían fallos en el diseño de los cruceros. Ante la paralización del pedido, la naviera nórdica decidió rescindir la obra y trasladarla al astillero turco Tersan Shipyard. Los esqueletos de los barcos permanecieron en el histórico astillero de Vigo hasta finales del 2022.