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El botín de los saqueadores de angula del Miño equivale a toda una campaña de los pescadores

Monica Torres
mónica torres A GUARDA / LA VOZ

SOMOS MAR

cedida

Los profesionales gallegos dudan de la procedencia de la mercancía incautada en la operación contra el contrabando de especies

18 mar 2023 . Actualizado a las 04:45 h.

El botín de angula incautado en la última operación conjunta entre España y Portugal contra el contrabando de especies supera lo pescado por medio centenar de profesionales del río Miño en lo que va de campaña. A una luna de que se cierre, es previsible que no se consigan este año ni los 423 kilos decomisados hace unos días en la raia. Según los datos oficiales del portal Pesca de Galicia de la Xunta, en las tres primeras lunas de la temporada pasaron por la lonja de A Guarda 368 kilos de angula. La última luna es extraordinaria. Se habilitó al aceptarse la suspensión y traslado de la de enero por mal tiempo. Arrancó el martes y aún se prolonga hasta el día 27, pero, si no se revierte la tendencia, es previsible que lo que la organización criminal liderada desde Portugal pretendía introducir en el mercado negro supere las 60 jornadas de trabajo de cincuenta pescadores profesionales, que en la última campaña facturaron 769 kilos y en la anterior 970.

El sector se muestra implacable contra los delincuentes. Recuerdan que los propios pescadores asumieron recortar la campaña para preservar la especie. «Estamos consternados e molestos, pero tamén cremos que esta anguía incautada non foi capturada no Miño. Non hai mellores vixiantes que os pescadores e, se alguén vira unha rede ilegal, denunciaríao inmediatamente á Comandancia Naval», sostiene la asociación de pescadores. Los profesionales del Miño explican que además, los delincuentes tuvieron que emplear una red ilegal de saco, para poder capturar esa cantidad de angulas. Ellos emplean redes fondeadas con boyas, que son las permitidas e insisten en el que cualquiera que hubiese detectado alguna ilegal habría alertado a la Comandancia Naval del Miño, que realiza de manera habitual los controles aleatorios propios de la actividad extractiva.

Portugal solo permite la extracción de la cría de la anguila en este tramo internacional, situación que, a su parecer, hizo que los saqueadores intentaran movilizar la mercancía a través de la raia, pero mantienen que no pudo salir del Miño, «onde non hai furtivismo», en contra de la información oficial divulgada por la Agencia Tributaria.

 «Somos os que máis necesitamos o río e, polo tanto, os máis interesados ??en protexelo», defienden.

Todo lo que pescan estos profesionales, que han de pagar la correspondiente cuota de autónomas, pasa por la lonja de A Guarda desde el año 2012. Ayer se abonó el kilo de angula a 305 euros, después de que en noviembre tocase techo a 587. 

Casi 175.000 euros

Utilizando los 413 de media a los que se vendieron los 119 kilos que se pescaron en febrero, el botín de los saqueadores sería de 174.699 euros, pero el valor de la mercancía en el mercado negro se multiplica.

La mercancía fue intervenida en Galicia, al igual que 77.000 euros en metálico, pero los cabecillas de la red estaban en Portugal. Además de los once portugueses investigados en el marco de esta última operación, ya hubo otras dos este año en el norte luso. La Policía Judiciaria detuvo como supuesto líder de esta organización a un comerciante chino con tiendas en Guimaraes y Braga, si bien el juzgado de Oporto lo dejó en libertad, al igual que a otros ocho arrestados, por falta de pruebas.

En el Miño afrontan una recta final de la campaña de angula pasada por agua. El exceso de caudal del río dificulta su captura, pero también están en el ecuador de una de las peores temporadas de lamprea desde que hay registros. Las capturas de esta especie prehistórica tan apreciada han caído en picado en los dos últimos ejercicios. De los 11.998 kilos del 2018 se pasaron a 3.3707 el año pasado y este, de momento, han pasado por lonja tan solo 1.902. El precio se ha disparado de manera proporcional en el mismo período pasando de los 12 euros en el 2018 a los 48,64 el kilo y la lamprea se paga por pieza. «Entendemos que só é un ciclo. Os nosos antepasados xa tiveron que afrontar anos de poucas capturas e, quizais, o próximo tamén será malo, pero é o ciclo da propia especie», apunta la directiva de la asociación.