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Anfaco exige a Noruega que se aclare y decida ya si impone tasas a su salmón

e. a. REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

CARMELA QUEIJEIRO

Pide a la Comisión que medie para exigir seguridad jurídica en el suministro

12 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

La mina que es la acuicultura para Noruega se quedó perpleja en el pasado mes de septiembre, cuando su Gobierno lanzó un sondeo sobre la posibilidad de introducir un impuesto a las empresas de este sector a partir de este año. No afectaría a todas. Solo a las más grandes, a las que produzcan más de 4.000 o 5.000 toneladas de salmón o de trucha. A esas compañías se le aplicaría una tasa del 40 %, de calado suficiente para alterar el precio del producto final, sobre todo porque, contando con el impuesto de sociedades, elevaría el tipo marginal efectivo por encima de un 60 %. Es lo que sostienen en Anfaco, la patronal conservera española, y Anapa, su homóloga de los ahumados, que ya barruntan problemas con una materia prima esencial para las empresas asociadas. No en vano Noruega es el primer productor del mundo y principal proveedor de las compañías españolas. Tanto, que han pedido amparo a la Comisión Europea para que medie en el problema y exija si no paralizar esa tasa, al menos reclamar a Noruega una definición que ponga fin a la incertidumbre en que se mueven.

El problema estriba en que el método de cálculo está vinculado a la cotización del salmón y la trucha en bolsa (en el Nasdaq), pero solo para parte de la producción, dado que la de casi el 70 % de las piscifactorías noruegas (de menos de 4.000 toneladas) queda fuera de ese modelo de cálculo. El caos, por tanto, está servido.

Además, esa tasa que el Gobierno anunciaba para el 1 de enero de este año ha quedado aplazada hasta que el Parlamento del país se pronuncie sobre la misma, algo que no se espera hasta mayo o junio. Si estar a expensas de lo que marque el Nasdaq para saber de cuánto es el impuesto es ya confuso, no saber si finalmente la habrá o no, añade aún más «inseguridad» a las empresas, apunta Roberto Alonso, secretario general de Anfaco.

Y eso es lo que reclaman desde la cadena mar-industria española a la Comisión Europea: que se reúna con el Gobierno noruego para garantizar que en un momento de «volatilidad total» como el actual se priorice la «estabilidad, la competencia y la eficiencia» que requiere la industria.

España, afectada

Porque, además, esa inseguridad jurídica afecta de forma muy acusada a España, donde la Ley de la Cadena alimentaria prohíbe a los productores vender a pérdidas, algo que podría ocurrir ante «las decisiones improvisadas que puedan provenir de Noruega». Se necesita «predictibilidad», dice Alonso, saber qué impuestos habrá que satisfacer para mantener las inversiones. Anfaco y Anapa tienen en Noruega su principal proveedor, por eso han participado en el proceso de alegaciones abierto por Noruega. Y es que, otros países como Escocia y Chile son fuentes de aprovisionamiento todavía muy secundarias para la industria, que lo procesa tanto en conserva, congelado, en barquetas en fresco o ahumado.