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Volver a la anchoa con el alma rota

E. abuín, C. queijeiro REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

CARMELA QUEIJEIRO

El Xiana e Anxo zarpó para hacer su primera costera. Al timón, Ángel Güeto. Vuelve dos años después de sufrir un naufragio al regresar de la campaña

02 mar 2023 . Actualizado a las 07:45 h.

Quizás un poco antes de lo acostumbrado —pues suele verse a mediados o casi a finales de marzo—, pero ayer, en el muelle de Portosín, se captaba la típica estampa de inicio de campaña. Trajín de víveres, empanadas, sacos de patatas, atados de agua mineral, petates, almohadas, aparejos, cajas que esperan llenar pronto —el mismo jueves, a ser posible— de anchoas. O de verdel. Sardina, siempre que la encuentren en la 8b (golfo de Vizcaya), pues en la 8c (Cantábrico) aún está vedada. Cualquier especie que rompa una sequía que suma tres meses y medio, en el caso de Eduardo Carreño, armador del Ardorán; dos años para Ángel Güeto, del Xiana e Anxo.

Ardorán, Xiana e Anxo, Maruxía, Segunda Romina se sumaron ayer desde Portosín al éxodo que los cerqueros de Galicia ya iniciaron la semana pasada hacia el este del Cantábrico ahora que se ha abierto la pesquería del bocarte y de la xarda para este segmento de flota. Allí los esperan ya el Titán y el Portosín. De Ribeira están ya el Manilo, el Abra, el Saleta... El Pasa Aquí de A Coruña... De Malpica...

Alguno tuvo suerte. Ya descargó sus primeras cajas de bocarte. Con esa esperanza zarpaba ayer Ángel Güeto, junto a una tripulación de doce personas. Es su primera costera en dos años. Va con barco nuevo, adquirido en el País Vasco, al que todavía tiene que hacerse. Para la embarcación sí que es su primera costera de la anchoa. Güeto lo estuvo preparando durante estos últimos cuatro meses: «Hai que adaptarse a él».

Accidente

Güeto iba siempre con el Sempre Güeto. Hasta hace dos años, cuando ocurrió el accidente que le hace zarpar con un pesar todavía en el alma. El recuerdo de un infausto regreso de la costera de la anchoa. En junio del 2021, cuando ya habían puesto fin al bocarte y venían dispuestos a empezar la campaña de la sardina en Galicia, el Sempre Güeto naufragó. Horas antes había estado pescando en Avilés. Volvía, como suelen hacerlo, en compañía, para poder atenderse unos a otros en caso de que sucediera algo. Y sucedió.

A poco más de dos millas de San Andrés de Teixido, el Sempre Güeto, por causas que todavía está investigando la Ciaim (Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos), escoró y volcó, quedando quilla al sol. La cercanía de otros cerqueros, que también regresaban de la costera, permitió rescatar a ocho de los diez tripulantes que estaban a bordo. Dos se perdieron para siempre. Pero la vida sigue, aunque se tenga el alma rota. Hay que tragar la pena y trocarla por ánimo e ilusión. Sobre todo cuando se tienen 48 años, dos hijos muy pequeños (5 y 7 años) y cuando «outra cousa máis que ir ao mar non sei facer».

Precios de hasta 8 euros el kilo por los primeros bocartes

Costó dar con la anchoa. Muy poca descargaron los cerqueros en la primera jornada de pesca. «Uns 10.000 quilos entre todos», explicó Eduardo Carreño, en contacto con la flota que ya empezó la costera. Se hizo desear, pues el cupo autorizado para este mes es de 8.000 kilos para un barco grande. Esa escasez se compensó en precio. Entre 7 y 8 euros se pagó por el kilo. Pescado de un tamaño del que entran entre 40 y 50 en kilo, que no colma a las fábricas, pero es ideal para fresco.