Rapantes, entre lo más solicitado en Pontevedra, en unas fechas en las que reinan el lacón y el cocido

Rapantes y pescadillas son los pescados que encuentran más demanda entre los compradores que se acercan a la plaza de abastos de la calle Sierra, en Pontevedra, en unas fechas en las que los propios placeros asumen que las ventas son flojas porque «ahora lo que más sale es el lacón para el cocido». Manda el Entroido y eso se nota, pero también lo hace la inflación, que retrae el consumo. Febrero nunca ha sido un buen mes ni para el comercio en general ni para las plazas en particular. Este año no es diferente.

amplia oferta

Pescados para todos los bolsillos. En las bancadas del pescado de la calle Sierra, la gama de productos a la venta es amplia, pese a que el mes no sea el más propicio para las ventas. En Cachadas, por ejemplo, la especie más cara es la palometa roja, que llega a los 46 euros el kilo. Supera con mucho a los siguientes en la lista, como el rodaballo, que está a 32, o la merluza grande, a 30. La del pincho cae hasta los 10 euros, mientras que el rapante se sitúa en los 15. Pescadilla, xoubas y xurelos se cotizan a 10 euros el kilo. Siguiendo con la gama de pescados, también se encuentra el coruxo, a 25 euros el kilo; abadejo, a 15; lenguado, a 22; salmonete, a 25; dorada, a 16; rape, a 14; salmón, a 18; y la lubina, que, según el tamaño, oscila entre 16 y 20. Asimismo, se pueden comprar huevas a 12 euros; luras, a 7; y carrilleras de rape, a 16. 

mariscos

Escasez en las ventas de crustáceos y bivalvos. El mar abastece a las lonjas y a los mercados de la ría de Pontevedra también con mariscos de alta calidad. Pero se pueden encontrar otros productos procedentes de caladeros próximos. En el caso del mercado pontevedrés, en Peixes e Mariscos Margarita, su responsable se lamenta del escaso interés que bivalvos y crustáceos despiertan entre la clientela en el mes de febrero. Sin embargo, en su bancada había también una amplia selección de algunas de esas delicias que surte el Atlántico. El camarón mediano se vendía a 55 euros el kilo; el percebe mediano de fuera, a 40;, y el de la ría, a 30. La nécora —asturiana, porque en Galicia está en veda— se vendría a 25. El buey de mar (francés), a 15; la cigala pequeña iba a 30 y la más grande, a 38. Por la centolla pedían 18. Pero «vendemos poco». Y lo que sale es «casi todo para restaurantes».

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