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No hay rebaja para la lamprea: a 60 euros

Monica Torres
mónica torres TUI / LA VOZ

SOMOS MAR

M.MORALEJO

La escasez de producto dispara los precios en el inicio de la temporada

25 mar 2024 . Actualizado a las 16:49 h.

Quienes este año quieran disfrutar de las populares lampreas del Miño deberán rascarse el bolsillo. Ni en la ribera gallega ni en la lusa recuerdan haber abierto la temporada con cotizaciones tan altas, confirman las asociaciones de pescadores. «La pieza se paga a entre 50 y 60 euros, muy por encima de los 35 con los que abrió la campaña el año pasado, cuando ya se habían disparado los precios», confirma el sector.

La falta de producto hace que, por segundo año consecutivo, el vampiro del ecosistema fluvial que se cocina en su propia sangre cotice al alza. «Llevamos dos años con poca cantidad de lamprea, porque son ciclos, pero además hay un exceso de caudal tan grande que no se puede salir a faenar porque no se puede echar la red río arriba», explica Miguel González, vicepresidente de la asociación de pescadores del Miño.

Su ciclo de vida discurre entre el agua dulce y la salada. La lamprea nace en el río pero mira al mar, donde permanece durante unos tres años hasta conseguir la madurez. Es entonces cuando recorre miles de kilómetros a través del océano para remontar los lechos fluviales a los que acude para desovar y, como se orienta por el agua dulce, cuanta más agua lleve el Miño, más ejemplares debería haber. Sin embargo, la histórica acumulación de precipitaciones parece haber desubicado hasta a este animal prehistórico que, según las crónicas de Plinio el Viejo, ya viajaban en vasija hasta Roma para abastecer a las familias acomodadas y al propio César.

«Creemos que el exceso de agua dulce en el mar puede influir. Es como si la lamprea no buscara la del río debido a la gran cantidad que hay en la desembocadura», considera el presidente de la asociación de pesca lusa, Augusto Porto. Es precisamente en la desembocadura donde se concentran las no más de seis embarcaciones gallegas y otras tantas lusas, apunta Miguel González, que buscan al pez de forma cilíndrica y aspecto gelatinoso que suscita filias y fobias.

Como es habitual cuando hay poca lamprea, los hosteleros pujan entre ellos para poder presumir entre sus clientes de servirles la primera pieza de la temporada. «La demanda se mantiene, nos llaman los restauradores y sale toda la que se captura, pero de momento es imposible salir porque la red va tumbada y así la lamprea no entra», señala González.

Las capturas comenzaron el 2 de enero para la pesca con lampreeira (trasmallo o miño) en el Miño y el 13 de febrero arrancará la actividad en las estacadas del Tea, que son construcciones de madera en forma de puente sobre el río con varios pilares y una pasarela en la que se sitúan los pescadores. La Xunta abre hoy el plazo de solicitud para los pescadores del Tea y el sorteo de las plazas será el 10 de febrero en el refugio de A Freixa, en Ponteareas. Entre Salvaterra y Crecente hay en la actualidad unas noventa pesqueiras activas en las que se usa el arte del biturón o la cabeceira. La red se coloca al anochecer en los muros que jalonan el Miño desde el medievo y se recogen al amanecer.

El escenario de la angula es aún peor. Ante la evidente dificultad de faenar en enero, los pescadores de ambas orillas han solicitado a las autoridades que anule la luna que arranca este sábado y se autorice una extraordinaria en marzo. Es una medida que contempla el reglamento pero ha de ser autorizada en ambos países. «Confiamos en que se autorice porque con este caudal es imposible pescar angula ahora», advierte el sector.