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Reprochan a Ferrovial que haya ninguneado al observatorio eólico al presentar su parque marino

Somos Mar REDACCIÓN / LA VOZ

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Ferrovial

Muestra interés por levantar 34 aerogeneradores a 40 kilómetros de las islas Cíes, donde Capital Energy instalaba el suyo

11 ene 2023 . Actualizado a las 08:38 h.

En octubre pasado, la empresa Ferrovial solicitó al Ministerio de Transición Ecológica la elaboración de un documento de alcance para determinar el contenido del estudio de impacto ambiental del parque eólico marino Celta II, de 34 aerogeneradores para producir 510 megavatios y que tiene intención de levantar a 40 kilómetros de las islas Cíes. Idéntica potencia y similar situación que el que Capital Energy proyecta bajo el nombre de Volanteiro, también a esa distancia de las ínsulas frente a Vigo.

Aún siendo conscientes de que se trata de un trámite inicial que no pasa de una simple declaración de intenciones, la Plataforma en Defensa da Pesca e os Ecosistemas Mariños ha presentado alegaciones reprochando, primero, que los promotores no se hayan puesto en contacto con los afectados, que no son otros con los pescadores y que hayan ninguneado al Observatorio da Eólica Mariña, en el que se sienta sector pesquero, industria naval y Administración para valorar los proyectos.

En sus objeciones hacen ver que es redundante analizar el alcance cuando no están definidos los planes de ordenación del espacio marítimo (POEM) y se aferran a la última resolución del ministerio que exige evaluación del impacto acústico y de cómo van a afectar al ecosistema marino, datos que no figuran en el proyecto de Ferrovial.

La plataforma señala que el polígono previsto afecta a importantes caladeros de pesca e interfiere con una «actividad ya existente y sostenible, proveedora fundamental de la proteína animal que  deja menos huella de carbono en su producción».

Lo recoge el mismo proyecto, que tanto la zona en la que irán los aerogeneradores, como las áreas de cableado tendrían impacto directo en lugares donde se capturan especies tan importantes como jurel, caballa, rape, bacaladilla, cigala y gallo entre otras; todas ellas de elevado interés comercial para las flotas que trabajan en el caladero del Cantábrico Noroeste. Y no solo eso, sino que señalan el agravante de que «se eligen para los soportes de los aerogeneradores flotantes zonas arenosas o de fango donde precisamente suele trabajar la importante flota de arrastre gallega, con más de 50 buques operativos».

La plataforma señala que no es suficiente con citar las especies que resultarán afectadas por la instalación el parque eólico marino, pues no influirá de la misma manera a las variedades pelágicas, como la sardina, o a las de fondo, como la cigala. Por eso reclaman que antes de adoptar cualquier decisión sobre un proyecto, sea este u otro, habría que solicitar al Instituto Español de Oceanografía (IEO) una cartografía de los stocks que hay en la zona. Asimismo, los profesionales afectados apuntan que debería solicitarse un informe al grupo de trabajo de energías renovables marinas que se ha constituido en el Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES).

La plataforma echa de menos mucha información que debería figurar en el proyecto, cómo afectará a las larvas la instalación de aerogeneradores o si pueden influir la generación de energía eléctrica, incluidos los cables de transmisión en el fondo fondo marino, en las especies de elasmobranquios, que utilizan campos electromagnéticos para navegar y cazar alimentos.

Además de recordar esas carencias, el colectivo se aferra a la Ley de Protección del Medio Marino, que exige que a la irrupción de actividades humanas se les aplique el principio de precaución y el enfoque ecosistémico para garantizar que la presión conjunta de dichas actividades se mantenga en niveles compatibles con la consecución de un buen estado ambiental.

También se aferra a la exigencia de informes socioeconómicos y al acuerdo de la Comisión de Agricultura y Pesca del Congreso que insta al Gobierno a proteger al sector pesquero y evitar «el severo perjuicio al sector pesquero y a la preservación de los ecosistemas marinos que supondría la implantación desordenada de este tipo de instalaciones eólicas».