
Opescantábrico, que agrupa a organizaciones de productores de Galicia al País Vasco, lanza la campaña Pescándote, para captar nuevos profesionales en un momento de crisis vocacional
30 dic 2022 . Actualizado a las 04:49 h.La crisis de vocaciones en la pesca está haciendo tanto o más daño que la económica en el sector pesquero. Porque tan malo es no tener apenas cuota como no tener manos para poder salir al mar a agotar ese cupo. La falta de relevo generacional es un problema que no solo afecta a la flota gallega. Es común a todo el Cantábrico, por no decir a toda la Europa con costa. Eso es lo que ha llevado a Opescantábrico, la asociación de organizaciones de productores pesqueros que conforman Acerga (Galicia), Opegui (Guipúzcoa), Opescaya (Vizcaya) y Opacan (Cantabria) a lanzar la campaña Pescándote. Pescando manos. Nuevas caras para dar continuidad a «una profesión que mantiene viva una forma de existir que es más que un sustento: es la identidad que nos define como comunidad, una tradición y legado para las gentes de Galicia, Cantabria y el País Vasco», explican los promotores de la iniciativa en un comunicado.
Si muchas veces no llega savia nueva al sector es porque este se ha quedado al margen del mercado laboral por un desconocimiento de los puestos de trabajo que se ofrecen y de las ventajas que estos tienen en comparación con otras actividades económicas. Nadie le ha dicho a la población en disposición a trabajar que «el mar Cantábrico puede ser el mejor de los lugares de trabajo».
Lo hacen ahora en esta campaña gente como Ángel López Soto, patrón jubilado que «si volviera a nacer, volvería a ser pescador». O Iker Jaio, también patrón, que destaca que es «un trabajo agradecido» y lo contento que llegas a tierra cuando se pesca. Xebe Amunarriz, patrón guipuzcoano no cambiaría por nada «la libertad» que el mar le da. Para el oficial José Ángel Valle «no hay dos días iguales» en la pesca y cada jornada es diferente, «un poco aventura». Y la redera y armadora gallega Carmen Chamorro confirma que se puede ganar bien la vida y «defender nuestra cultura».
Pescándote derriba uno a uno todos los prejuicios sobre el trabajo en el mar. Trata de dignificar el oficio de pescador y presentar el Cantábrico como «un centro neurálgico de actividad económica dispuesto a generar puestos de trabajo y a asumir mano de obra cualificada y bien remunerada».
Las OPP ponen el foco en que es la pesca una profesión de lo más moderna, por mucho que beba de la tradición más artesanal. Y es que, destacan, muchos de los valores sociales hoy en boga están presentes en esta actividad económica: el contacto directo con la naturaleza, la sostenibilidad de los hábitats y el mantenimiento del planeta como fin último, el vínculo social y con el territorio, la colaboración directa en una alimentación saludable, o la aplicación de adelantos tecnológicos que mejoren las condiciones de trabajo.
La flota de las cuatro organizaciones que conforman Opescantábrico (Acerga, Opegui, Opescaya y Opacan) está compuesta por 13 palangreros, 12 buques de rasco, 203 cerqueros y 120 barcos de artes menores.