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Pescado para envolver pescado

E. Abuín REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

cedida

Un consorcio europeo en el que participa Anfaco-Cecopesca ha conseguido, en el marco del proyecto Fish4fish un envase activo hecho con biorresiduos de crustáceos y lignina que sustituye a las bandejas de plástico y prolonga la vida útil del producto

03 nov 2022 . Actualizado a las 04:48 h.

Hace tiempo que la industria en general está intentando desplastificarse. Liberarse de un material difícil de gestionar cuando se convierte en residuo y que es capaz de aparecer en muy distintos tamaños en el Ártico como dentro de los peces. Y la industria pesquera no es ajena a la tendencia general. De hecho, un consorcio de investigadores europeos ha dedicado cuatro años a desarrollar envases activos y sostenibles para productos pesqueros a partir de restos de crustáceos y de vegetales. Lo han hecho en el marco del proyecto europeo Fish4fish, en el que ha participado el centro tecnológico de la patronal conservera Anfaco-Cecopesca. De hecho, fue en sus instalaciones donde se celebró la jornada para presentar los principales resultados obtenidos en esta iniciativa financiada por el Fondo Europeo Marítimo y de Pesca (FEMP), en la convocatoria Blue Economy 2018.

Desde luego, el desarrollo de envases con pescado para envolver pescado no puede encajar mejor en ser un ejemplo mejor de bioeconomía azul, de economía circular y un buen apoyo para avanzar hacia el desperdicio cero. Porque además de evitar el uso de plásticos, el recipiente prolonga la vida útil del producto que recubre gracias a las propiedades antimicrobianas que tienen los biorresiduos utilizados.

Estos no son otros que caparazones y restos de gambas, langostinos, pateiros y demás crustáceos de los que extrajeron quitosano, así como lignina procedente de residuos vegetales. Con ellos consiguieron un prototipo de envase que, admiten, es más caro que el tradicional de polietileno, pero, «según el Análisis de Ciclo de Vida realizado para los productos de salmón envasado, en un escenario en el que el 7,5 % de estos productos se desecharían por haber finalizado su vida útil, el uso de estos envases resultaría rentable», apunta Anfaco en un comunicado. Y no solo eso. Su compostaje arroja un ahorro del 30 % en CO2, con lo que gana en ventajas desde el punto de vista del cuidado medioambiental que demandan las instituciones y la sociedad.

Los principales resultados del proyecto consisten en el desarrollo de bandejas y películas biodegradables y compostables basadas en residuos de quitina y lignina. La validación de dichos envases permitió comprobar su efecto positivo sobre la vida útil de salmón ahumado y filetes de rodaballo fresco frente a los envases tradicionales de plástico.

La caracterización del ciclo de vida de los procesos desarrollados permitió concluir que, en un escenario conservador, «el envase desarrollado es competitivo económicamente y bien aceptado por los consumidores, siendo un avance destacado en la generación de valor y extrapolable a la industria», expone Anfaco-Cecopesca.