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«Vanse xuntar demasiados barcos. Non hai mar para tantos»

A. Gerpe, E. Abuín RIBEIRA / LA VOZ

SOMOS MAR

MARCOS CREO

Califica la medida de catastrófica y vaticina que va a suponer una nueva estocada para un sector ya muy perjudicado

11 oct 2022 . Actualizado a las 04:46 h.

Con muchos años de experiencia a sus espaldas en el mundo del mar, el inspector del grupo Vidal Bandín de Ribeira, José Ramón Triñanes, habla en clave metafórica sobre lo que va a suponer la implantación de las 87 vedas en el Atlántico: «Imos arriar moitas bágoas». Lo afirma mientras supervisa, a primera hora de la mañana, las labores de puesta a punto, en el muelle comercial ribeirense, de un par de embarcaciones de la compañía que están a punto de zarpar para zonas de trabajo muy dispares. Por un lado, un palangrero de superficie que pondrá rumbo al Pacífico; por otro, un palangrero de fondo, O Genita, dedicado a la captura de merluza.

Este último tiene bandera británica y se libra de la limitación de la pesca de fondo entre los 400 y los 800 metros porque faena en aguas escocesas. Sin embargo, José Ramón Triñanes recalca que la medida sí acabará afectándoles: «Vanse xuntar demasiados barcos onde se poida traballar. Na zona cuarta, no norte de Escocia. Non hai mar para tantos».

Reconoce que «os que se vexan limitados irán para alí. É normal, eu faríao e iso vai traer consecuencias». Explica que algunos países, como Francia, buscan la implementación de medidas.

Consciente de que está en juego el futuro económico de muchas empresas de Ribeira y de Galicia, José Ramón Triñanes estuvo presente en la concentración del pasado sábado. Curtido por los vaivenes que sufre la pesca desde hace años, recordaba ayer lo que supuso para Ribeira el cambio del acuerdo pesquero con Marruecos: «Houbo armadores que malvenderon as embarcacións e algúns que empeñaron ata a casa».

Subraya cómo ha ido descendiendo la flota en el municipio ribeirense e, incluso, la del grupo Vidal Bandín, donde quedan cuatro barcos de los once que tenían a su cargo. Ofrece una perspectiva negativa del futuro del sector y manifiesta: «En cinco anos bótase os armadores ao tacho».

A la hora de referirse a la limitación de la pesca de fondo en 87 zonas es tajante: «Pasáronse tres pobos». Critica que «non se consultase co sector» y manifiesta que, precisamente, ese es el gran contratiempo de muchas de las medidas que se adoptan. Al mismo tiempo, recalca que «o comisario non ten idea do que é o mar. Débese poñer a alguén dun país que teña peso no ámbito pesqueiro».

Ángel fernández, armador

CARMELA QUEIJEIRO

«Hoxe é unha veda, mañá os eólicos...»

Ángel Fernández es uno de esos pocos hijos de armadores que van a tomar el relevo generacional. El sábado, él y su progenitor estaban en Ribeira para «defender isto das inxustizas que están a facer», según su padre, Juan, que forma parte de una empresa con varios barcos de arrastre de litoral en la que trabajan 40 marineros y dos personas en tierra. Apenas sabía el nombre del comisarios —«Stankivicius ou algo así»—, pero sí que cada vez tienen más obstáculos: «Hoxe é unha veda, mañá os eólicos..

José García Miguéns, Pescadero jubilado

CARMELA QUEIJEIRO

«Non sei... A xente da Comisión debería estar máis preparada»

Pescados Evangelina es una empresa señera de Ribeira. En pie desde 1936. Su anterior propietario está ya jubilado, pero no quiso faltar a la protesta para apoyar a un sector al que «queren botar fóra dos seus caladoiros de sempre». De donde extraían el género que él vendía y ahora hacen otros de su familia: «Este é un problema que afecta a todo o pobo, non só aos do mar». Añade: «Non son ninguén para xulgar a xente da Comisión Europea, pero deberían estar un pouco máis preparados», sentencia.

Ramona Alborés, empresaria

CARMELA QUEIJEIRO

«Directa ou indirectamente, isto aféctanos a todos»

Ramona Alborés no va al mar. Fue su marido, ahora retirado. Pero estaba en la concentración de Ribeira para aportar «o seu granciño de area para que isto se arranxe» y las embarcaciones puedan seguir pescando y ganándose la habichuelas. «Hai que facer forza para que isto se arranxe o antes posible». Y es que sabe que el mar es una cadena. Y que su empresa de serigrafía y publicidad se resentirá también si gripa el motor que es la pesca. Porque «directa ou indirectamente, todos vivimos disto».

suca gude, vecina de Aguiño

CARMELA QUEIJEIRO

«Queren deixar libre o mar para traer o peixe de fóra»

Suca Gude estaba en la concentración de Ribeira con toda su familia y arrastró a amigos a la que fue la primera convocatoria en protesta de las 87 vedas para «apoiar o sector do mar, que está sendo desmantelado». Gude es de las que ve intereses oscuros en esta operación de la Comisión. Sospecha que la excusa de Europa, proteger el medio ambiente, tiene una doble intención y no busca más que «deixar libre o mar para poñer os eólicos e traer as especies pesqueiras de fóra».

Miguel Ángel Vila, representante sindical

CARMELA QUEIJEIRO

«Vienen a preguntar cómo les va a afectar esta restricción»

Aunque no está directamente relacionado con la sección de la pesca, Miguel Ángel Vila es representante sindical del ámbito portuario. Pero los puertos también se mueven gracias a la pesca. Y el de A Coruña, donde opera, está directamente golpeado. «Afecta a las cofradías, a las lonjas, al puerto, no solo a los tripulantes». Un colectivo, que, por cierto, ha dejado constancia de su preocupación con la consulta a la sección sindical sobre cómo le van a afectar estas áreas restringidas a la pesca.