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El vertido del OS 35 cierra playas al baño, zonas al marisqueo y restringe el agua potable

Somos Mar REDACCIÓN / LA VOZ

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A.Carrasco Ragel | EFE

El capitán del granelero, detenido por la policía real de Gibraltar el jueves, quedó ayer en libertad bajo fianza

11 sep 2022 . Actualizado a las 01:35 h.

Por el momento nadie habla de desastre medioambiental. Ni siquiera el alcalde de La Línea de la Concepción (Cádiz), municipio que ya se ha visto afectado. Pero lo cierto es que el vertido del granelero OS 35, varado por decisión técnica después de colisionar en aguas del Estrecho con otro mercante, un metanero, ha obligado a cerrar playas al baño, a prohibir el marisqueo en varias zonas de trabajo y a adoptar medidas preventivas para evitar que los residuos de hidrocarburos que han superado las barreras ocasionen problemas a la población y al medio ambiente. En el momento del impacto, el carguero llevaba a bordo 250 toneladas de gasoil, 216 de fueloil y 27 de aceite lubricante, que ahora se afanan por retirar ante un posible colapso del casco.

La Junta de Andalucía elevó ayer de nivel —a situación 0— el Plan de Emergencia por contaminación del Litoral después de que el derrame alcanzase la playa de Poniente en La Línea. Allí, los equipos municipales se movilizaron para eliminar los residuos que afectaron a unos 150 metros de arenal, donde la Consejería de Salud y Consumo prohibió el baño tras detectar «suciedad compuesta por residuos aceitosos (carburantes, aceites lubricantes y presencia de contaminación de sustancias químicas) junto con otros restos arrastrados por la marea».

La Junta también decretó el cierre de varias áreas marisqueras próximas a la zona en la que está varado el mercante con bandera de Tuvalu. Aunque la prohibición de extracción entró en vigor a primera hora del viernes, los productores de la OPP 72, que agrupa a 37 profesionales de Conil y La Atunara, ya no habían salido a faenar el jueves «por responsabilidad», para no poner en riesgo «la seguridad alimentaria», señaló Nicolás Fernández, gerente de la citada organización de productores. De las tres zonas en las que trabajan, dos están cerradas y solo pueden extraer marisco de la que comparte con Málaga.

También Gibraltar ha tomado medidas adicionales para impedir que el vertido afecte a la red de abastecimiento de agua. Aunque duda de que la capa de petróleo superficial afecte a la toma de agua, que se realiza a una mayor profundidad, ha rodeado con barreras absorbentes el punto de captación más próximo al vertido. Sin embargo, como subsistían los problemas en una de las bombas, mantendrá hasta el lunes las restricciones de agua potable a los grandes consumidores. Asimismo, ha prohibido la salida de las embarcaciones pequeñas del puerto deportivo de Mid Harbor y hecho ondear las banderas rojas en Camp Bay y Little Bay.

Extraen el gasoil del buque

A las tres de la tarde de ayer, el Gobierno de Gibraltar informaba de que habían concluido las tareas de extracción del gasoil del buque granelero —que permanece en el lado este del Peñón—, dejando únicamente 5 toneladas para permitir el funcionamiento del propio buque.

Los trabajos se centran ahora en retirar el fueloil del tanque 2 del barco. Según las autoridades del Peñón, a las 7 de la tarde de ayer, ya se había extraído un tercio de ese hidrocarburo del depósito de estribor, unas 80 toneladas, y confiaba en poder bombear el resto durante la noche.

Con las primeras luces prevén empezar a extraer las 126 toneladas de fuel del otro tanque, pero antes colocará nuevas barreras para evitar fugas en unas operaciones que podrían demorarse 12 horas, en cálculos del Ejecutivo de la Roca.

Asimismo, ya se han recogido 12 toneladas de petróleo mezclado con agua que salió del barco. Según uno de los comunicados del Gobierno gibraltareño, las fugas de hidrocarburo que se escapan del buque se reducen significativamente desde el jueves.

GIBRALTAR GOVERNMENT | REUTERS

Por otra parte, el capitán del granelero, detenido el jueves por la Policía Real de Gibraltar, quedó ayer en libertad bajo fianza, según confirmaron a Efe fuentes próximas a la investigación.

El Gobierno del Peñón sostiene que, tras la colisión con el metanero, el responsable del buque OS 35 desoyó las instrucciones de la Capitanía Marítima de Gibraltar y, asegurando que no tenía ninguna avería, siguió su marcha, hasta que, una vez ya en el Estrecho, confirmó que tenía una notable entrada de agua. Fue entonces cuando acató las órdenes de la Administración gibraltareña.