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El mejillón puede extraerse de 18 polígonos de bateas

Somos Mar REDACCIÓN / LA VOZ

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Un barco mejillonero al lado de una batea en Arousa (imagen de archivo)
Un barco mejillonero al lado de una batea en Arousa (imagen de archivo) MONICA IRAGO

El Intecmar ha publicado una resolución que prohíbe extraer bivalvo del último polígono de Muros que quedaba abierto

02 sep 2022 . Actualizado a las 09:41 h.

Datos actualizados este viernes a las nueve y media de mañana por el Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño de Galicia (Intecmar) revelan que las biotoxinas continúan condicionando el suministro de mejillón, y en las últimas horas se ha tenido que cerrar un nuevo polígono: el de Muros B, bajando a 18 el número de agrupaciones de viveros de los que se puede extraer ese molusco bivalvo. Los otros 34 siguen cerrados al detectarse índices superiores a los admitidos de toxina diarreica (DSP) y, en algunos, paralizante (PSP).

Los 8 polígonos de A Pobra están operativos, igual que los tres de Vilagarcía, mientras en Cambados siguen tres de cinco y en O Grove, uno de cinco. En Muros están cerrados todos desde hoy y, después de meses cerrado, ha abierto el de Camariñas y uno de los de Sada

Por esos polígonos de criaderos flotantes no falta el mejillón gallego fresco en las pescaderías. Aunque obviamente supone un revés para el sector y para todas las empresas que giran alrededor de él, en los otros se prohíbe la extracción para asegurarle a los consumidores que todo el producto que compran en los canales legales cumple todas las garantías sanitarias y mantiene su habitual calidad, la que lo erige en uno de los mariscos preferidos por gallegos y turistas. 

Para los productores de mejillón y sus empleados, así como para las empresas que giran alrededor de ellos (transportistas, depuradoras, conserveras...), la prohibición de extraer el marisco acarrea consecuencias económicas y, en casos, incluso laborales. Igual que en otros episodios similares, asumen el cierre de las bateas como una parte consustancial de su profesión, confiando en que lo que popularmente aún se conoce como «marea roja» siga tendiendo a remitir para reanudar su actividad.