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El mejillón bate récord de precio, pero solo tres céntimos más que en el 2002

s. ordóñez REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

Trabajadores en una batea de la ría de Arousa, donde se concentran buena parte de los más de 3.300 criaderos flotantes de mejillón de Galicia
Trabajadores en una batea de la ría de Arousa, donde se concentran buena parte de los más de 3.300 criaderos flotantes de mejillón de Galicia MONICA IRAGO

A 0,55 euros se lo pagaron a los productores, que ingresaron 139 millones

07 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Más de 3.300 criaderos flotantes de mejillón salpican las rías gallegas, especialmente la de Arousa, baluarte del cultivo de un molusco bivalvo que los científicos bautizaron como Mytilus galloprovincialis. Probablemente el marisco más asequible, es uno de los más consumidos en fresco, especialmente en verano, si bien buena parte de la producción la adquieren conserveras que lo comercializan envasado por todo el planeta. A los productores se los conoce como bateeiros por el nombre de las plataformas donde cuelgan las cuerdas para engordarlo. Generadores de empleo y de riqueza, de ellos dependen a su vez otras muchas empresas de distintas ramas de actividad. Reconocido como un filón para Galicia, el mejillón gallego nunca se pagó tanto como el año pasado. Los 55 céntimos por kilo en primera venta marcan un récord histórico en un 2022 en el que generó 139 millones, el segundo mejor registro de este siglo.

 Con todo, los 55 céntimos solo superan ligeramente los promedios de los años 2003 y 2002, cuatro lustros atrás, cuando la cotización se situó en 51 y 52 céntimos, respectivamente.

Para el sector mejillonero el 2021 ha sido el año de la «recuperación, tralo forte impacto da pandemia» en el anterior, apuntan desde la Consellería do Mar.Por producción, facturación y cotización, superó la media interanual desde el 2000, añaden. Mejorando el precio un 28 % respecto al período anterior, los ingresos se elevaron casi un 38 % y las descargas cerca de un 8 %, hasta rozar los 251 millones de kilos.

Por zonas, la ría de Arousa se ratifica como el referente en producción, con más de 164 millones de kilos, cerca de un 2 % más que el año anterior, mientras la facturación se incrementó más de un 30 %, hasta 87,5 millones de euros, y la cotización media ascendió a 53 céntimos por kilo. 

«Mellora na comercialización»

Sobresale la evolución de las bateas de las rías de Pontevedra y Vigo, de las que salieron 69,7 millones de kilos (un 27 % más) por los que ingresaron casi 42 millones de euros (un 62 % más), a un promedio de 59 céntimos el kilo.

A 16,8 millones de kilos (casi un 3 % más) asciende la producción de mejillones en las rías de Betanzos y Muros-Noia, además de la zona de Camariñas, donde la facturación rozó los 10 millones de euros (subiendo un 20 %) y el precio medio por kilo fue de 58 céntimos.

Son datos oficiales, de la Consellería do Mar que preside Rosa Quintana, desde donde apuntan que la cotización del mejillón gallego indicaría «unha certa mellora na comercialización», por lo cual señalan «a necesidade de incidir neste aspecto para acadar mellores resultados e darlle valor a un produto da máxima calidade». 

«Bo prezo medio»

Precisamente por ese «bo prezo medio», el 2021 ha sido el segundo mejor año en facturación con ese molusco bivalvo, «só superado polos máis de 140 millóns de euros ingresados no 2004, un dos anos con maior producción» en lo que va del siglo XXI al sobrepasarse los 298.000 kilos. Si bien la del año pasado supera el promedio, Mar la sitúa como el «octavo mellor rexistro de produto sacado ao mercado».

Unas cifras que, en opinión de la consellería, «mostran a boa situación do sector» y, paralelamente, la superación de un 2020 «no que viviu momentos duros pola pandemia, pero no que seguiu operativo, malia as dificultades, e resistiu mellor que outra ramas da economía galega».

 

Menos mareas rojas

A la evolución del sector también contribuyó el menor impacto de las mareas rojas, aseguran desde Mar. Si hasta el 2020 la aparición de biotoxinas obligaba a cerrar bateas una media anual de tres meses, el año pasado esos episodios «foron menos numerosos» que en el anterior, con lo cual se prohibió la extracción de mejillón «menos días».

No omite el departamento que dirige Quintana que en el balance del año pasado también «inflúen factores organizativos e produtivos individuais, que dependen dos donos das bateas como empresarios do sector e das súas circunstancias particulares». Obviamente, también reconoce la incidencia de «aspectos propios do mercado», la consabida ley de la oferta y la demanda.