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El juez recordó en varias ocasiones al sobrino del patrón del Villa de Pitanxo que debía decir la verdad: «Que no se lo tenga que repetir más veces»

La Voz AGENCIAS / EUROPA PRESS

SOMOS MAR

Jesús Hellín

Ismael Moreno le llamó la atención también por el trato que dispensaba al Fiscal

22 jul 2022 . Actualizado a las 08:02 h.

El juez del Juzgado Central de Instrucción número 2 de la Audiencia Nacional, Ismael Moreno, llamó la atención varias veces a Eduardo Rial, uno de los tres supervivientes del naufragio del pesquero gallego Villa de Pitanxo y sobrino del patrón del buque, cuando declaró en sede judicial el pasado 6 de junio para recordarle que tenía la obligación de decir la verdad. «¿Lo sabe, verdad? Pues que no se lo tenga que repetir más veces», le espetó Moreno.

Así de directo fue el juez con Rial cuando este se encontraba declarando en calidad de testigo del hundimiento del barco el pasado 15 de febrero a 250 millas de la costa de Terranova (Canadá), que acabó con la vida de 21 de los 24 marineros que iban a bordo del pesquero del Grupo Nores.

«Le recuerdo que está usted bajo juramento o promesa. No dé respuestas evasivas y responda a lo que se le pregunta. Tiene usted la obligación de decir la verdad», indicó el titular del juzgado a Eduardo Rial, sobrino del patrón del barco, Juan Padín, el único investigado en la causa del hundimiento del buque.

Prepotencia con el fiscal

Asimismo, Ismael Moreno amonestó a Rial en varias ocasiones por el trato que estaba dando al Fiscal durante su declaración. «No interrumpa cuando hablo ni interrumpa usted al señor fiscal o a ninguna de las partes cuando intervienen», subrayó. «Usted no es amigo del señor fiscal. ¿Por qué lo está tuteando con esa familiaridad?» o «¿quiere usted dirigirse con respeto al señor fiscal?» Fueron otras de las frases que dijo Ismael Moreno para intentar que Rial cambiase su actitud durante la casi hora y media que duró el interrogatorio.

En el transcurso de su declaración, Rial aseguró que se estaba «poniendo nervioso», por lo que el juez volvió a dirigirse a él para decirle: «Usted no tiene que ponerse nervioso. Diga la verdad y ya está».

El relato

En cuanto a cómo relató Rial los acontecimientos que acabaron con el hundimiento del barco, el marinero dio una versión similar a la de su tío, asegurando que el motor del barco se paró de forma repentina, lo que provocó que el Villa de Pitanxo naufragase en cuestión de minutos.

Así, rechazó la narrativa del tercer superviviente, Samuel Koufie, que subrayó que primero se produjo un embarre (las redes se engancharon al fondo del mar), lo que motivó que comenzase a entrar agua y luego se parase el motor. Sin embargo, durante las preguntas que el fiscal realizó a Rial quedaron patentes algunas contradicciones que fueron comentadas durante el interrogatorio. Por ejemplo, en un primer momento el declarante aseguró que mientras estaban en la balsa salvavidas vieron en el mar algunos trajes de supervivencia (solo él y su tío los tenían puestos en dicha balsa), pero indicó que solo recogieron del agua chalecos.

Más tarde, aseguró que no habían visto ningún traje de supervivencia flotando en el mar y que, de haberlos visto, habría sido «imposible» recogerlos por la situación en la que se encontraban (la balsa tenía un agujero en su base), pese a que sí reconoció haber cogido chalecos del agua.

Además, en su declaración hubo muchos aspectos de la madrugada del pasado 15 de febrero que no recordaba, como quiénes de sus compañeros habían cogido el traje de supervivencia, ya que aseguró que había visto a varios de los marineros con ellos en la mano, pero solo se encontró un cuerpo con él puesto (además de Padín y Rial que sí los tenían y sobrevivieron).

Explicaciones al marinero ghanés

Rial reconoció, al igual que su tío, que sí trataron de explicar a Samuel Koufie que el motor se paró de forma repentina y que no tuvo nada que ver el embarre. Pero, tal como dijo, su intención no era presionarlo para que cambiara su versión.

Al igual que Padín, su sobrino aseguró que el embarre se dio «una o dos horas antes» del naufragio y fue solucionado por el capitán mientras los marineros, incluyendo a él mismo y a Samuel Koufie, estaban durmiendo. No obstante, siempre según sus palabras, el marinero ghanés habría escuchado la existencia del embarre cuando el capitán contó lo que había ocurrido cuando fueron rescatados en el Playa Menduíña Dos y a partir de ahí «se autoconvenció» de que esa fue la causa.