El tiburón solrayo que se adentró y pereció en la ría de Arousa era una hembra que superaba los tres metros
SOMOS MAR
El ejemplar fue capturado accidentalmente por un barco entre Vilanova y A Illa, y tras ser liberado reapareció en Cabo de Cruz y O Esteiro. Aunque no sobrevivió, se trata de un hallazgo único en Galicia, informa el Cemma
05 jun 2022 . Actualizado a las 20:19 h.Un tiburón de algo más de tres metros de longitud revolucionó el jueves las aguas de Arousa, al internarse a fondo en la ría. El animal atravesó la frontera que marca Sálvora y, poco después, fue capturado accidentalmente por un barco de bajura, en cuyas redes apareció enredado. La sorpresa de los marineros fue mayúscula. Una vez sobrepuestos, liberaron al animal, que se marchó nadando. Sin embargo, volvería a dejarse ver, y no demasiado lejos de allí. Primero en Cabo de Cruz, y alrededor de las siete de la tarde en la zona conocida como O Esteiro, a la altura del puente que cruza hacia la playa de O Terrón y A Illa de Arousa.
Cuando cayó la noche todavía seguía vivo, pero el ejemplar acabó pereciendo y fue retirado por la pala del servicio de Obras del Concello, bajo la coordinación de la Policía Local de Vilanova de Arousa y la colaboración de la unidad del Seprona de la Guardia Civil con base en Vilagarcía de Arousa. Esta mañana fue objeto de una necropsia por parte de personal de la Coordinadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños (Cemma).
Los expertos confirman que se trata de un Odontaspis ferox, un tiburón solrayo de trescientos kilogramos que representa un hallazgo excepcional en Galicia, por tratarse de la primera ocasión en la que se localiza esta especie en las rías, según explica Alfredo López, portavoz de la coordinadora.

Se trata de una especie característica de aguas templadas o tropicales, que se extiende hasta Normandía, por el norte, y Cabo Verde, por el sur. Además, es muy frecuente en el Mediterráneo. La necropsia indica que era una hembra con una longitud de 336 centímetros. Su estómago estaba vacío, lo que revela que llevaba un largo tiempo sin alimentarse. Los especialistas del Cemma sospechan que su estado de salud era deficiente y que fue este motivo el que probablemente la llevó a adentrarse en la ría. La captura accidental de la que fue objeto tampoco la ayudó, ya que la supervivencia de los tiburones en estos casos es inferior al 5 %.