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Pesca un congrio de 2 metros y 42 kilos en el muelle coruñés de Oza

Somos Mar REDACCIÓN / LA VOZ

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Daniel Luaces necesitó la ayuda de amigos y de una persona que pasaba por allí para sacar la captura del agua

03 jun 2022 . Actualizado a las 04:45 h.

Daniel Luaces es un pescador aficionado. De esos que roba horas al sueño para lanzar la caña de madrugada. Fue lo que hizo en la de este jueves. Que se fue de pesca al espigón de Oza, en plena ciudad de A Coruña, con tres amigos e instrumental especial para capturar congrio: «Unas cuerdas largas y finas, con un trozo de metal en el extremo en el que se enganchan los anzuelos y se encarnan con el cebo», explica.

Largó y se sentó en las rocas esperando a que algo picase. No aguardó ni media hora. «Vimos que una de las cuerdas dio un fuerte latigazo y eso «solo significa una cosa», relata Luaces. Lo que no se esperaba era una pieza colosal como la que había mordido el anzuelo: un congrio de 42 kilos de peso y dos metros de largo. «Yo peso 86 kilos y me levantó de la roca que estaba sentado», dice el aficionado para relatar la resistencia del ejemplar. Tanta que Daniel precisó la ayuda de un amigo y de un viandante para sacar del agua la «majestuosa pieza», como la definió. Y para colgarla del faro para poder lucir bien el resbaladizo y pesado botín que se cobró precisó la fuerza de sus cuatro amigos y de esa persona que pasaba por allí de casualidad.

No puede certificarlo, pero está convencido de que se trata de una captura de récord, digna de libro Guinness. «Por lo que estuve investigando no hay constancia de otra pieza igual capturada», apunta. Por un aficionado, claro está; la pesca profesional «ya es otra cosa».

Luaces relata la aventura con orgullo. No en vano esta era solo la tercera vez que iba a pescar congrio. «Hasta ahora el más grande que había pescado era de ocho kilos». Este es más de cinco veces la pieza de entonces. «La gente que estaba allí calculaba a ojo que pesaría unos 20 o 22 kilos». Es comprensible la sorpresa al ver que la báscula multiplicaba por dos esa cábala: 42 kilos. 42 kilos que dan para una fiesta. Una congriada a la que invitará a sus compañeros de pesca y, por supuesto, a más amigos. Muchos más.