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«Cuando escuché la noticia, me tuve que sentar», dice María José de Pazo, portavoz de las familias del Villa de Pitanxo

e. a. REDACCIÓN / LA VOZ

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Gustavo Valiente | EUROPAPRESS

Las familias de las víctimas del pesquero de Nores resaltan la importancia de investigar los siniestros para prevenir nuevos accidentes e insisten en pedir al Gobierno que se baje al pecio del arrastrero marinense hundido frente a Terranova

02 jun 2022 . Actualizado a las 04:45 h.

Un arrastrero. Un barco de Marín. Una alarma en alta mar. Once tripulantes. Once familias en tierra con el alma en vilo. Inevitable que las 21 familias que hace tres meses y medio perdieron a sus seres queridos el un luctuoso siniestro del Villa de Pitanxo sintiesen ayer un vuelco en el estómago al conocer el percance marítimo ocurrido en aguas de Gran Sol. «Cuando me dieron la noticia de que había otro buque hundido, de verdad que me tuve que sentar», admitió María José de Pazo, hija del primer oficial del Villa de Pitanxo que actúa como portavoz de los allegados de las víctimas.

Afortunadamente el paralelismo no llegó hasta el final y toda la tripulación logró ponerse a salvo. Y tampoco la actuación de la persona que estaba al mando del pesquero, según dejó caer De Pazo: «Parece ser que el comportamiento del patrón en el abandono del buque ha sido bueno», apuntó en declaraciones a los medios. Y es que en el caso del Piedras, el responsable dio la orden de evacuar a nueve tripulantes y él se quedó a bordo con el jefe de máquinas hasta que comprobaron que no eran capaces de controlar la vía de agua.

«Me alegro inmensamente de que la tripulación del Piedras se haya salvado y también por los armadores, que estaban muy preocupados y, para ellos, que no hubiese habido pérdidas de vidas era lo más importante».

Dicho esto, De Pazo subrayó la necesidad de investigar e hiló con la demanda que mantienen viva desde el hundimiento del Villa de Pitanxo el 15 de febrero a 250 millas de Terranova: «Que se baje al pecio para obtener pruebas y arrojar luz sobre las causas del naufragio para extraer conclusiones y lecciones para prevenir otros accidentes y no vuelva a ocurrir lo del Villa de Pitanxo». Insistió en pedir al Gobierno que acepte el ofrecimiento de la empresa Noruega, que enviaría un robot, y de la Xunta para inspeccionar la zona del hundimiento.