El buzo que pereció en O Grove pudo quedar atrapado en un canal entre piedras

Dos buzos de los Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil hallaron ayer, alrededor de las once y media de la mañana, el cuerpo del hombre de 44 años de edad, y vecino de Vilagarcía, que el lunes fue visto cuando se sumergía en el mar, en Punta Carreiro (O Grove).

De iniciales, A.L.O.G., nadie lo había visto salir, y su coche no se había movido del sitio, razón por la que los habituales de la zona decidieron anteayer dar la voz de alarma. La Policía Local de O Grove y la Guardia Civil procedieron a identificar al propietario del vehículo y trataron de dar con él. No lo lograron: el hombre vivía solo y no parecía mantener relaciones estrechas: nadie lo había echado de menos en todo este tiempo.

La posibilidad de que el hombre nunca hubiese salido del mar había cobrado fuerza ya el jueves, cuando en el interior del coche se había hallado su ropa apilada como si se la hubiese quitado para cambiarse y ponerse el traje de buceo. Y había crecido tras hallarse, a última hora de la tarde, la boya del buceador, así como una red con un pulpo en su interior: las capturas de su última jornada de pesca.

Tras ese descubrimiento, ayer se incorporaron al operativo de búsqueda dos buceadores e los GEAS. Dado el tiempo que había transcurrido desde la desaparición del buzo, todo parecía indicar que la búsqueda sería larga. Pero no ha sido así: no tardaron demasiado los especialistas en hallar el cadáver, que ya ha sido trasladado a tierra. El cadáver fue encontrado en la misma zona en la que estaban la boya y la red, un canal entre unas piedras. Sospechan que podría haberse quedado enganchado por una extremidad.

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