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Hermanos Míguez Salgueiro, los «hijos de la Chitona»

josé pino

SOMOS MAR

CEDIDA POR FAMILIA MÍGUEZ

Es una de las casas más reconocidas del puerto de Celeiro por su marcado devenir en las circunstancias vividas

23 abr 2022 . Actualizado a las 22:08 h.

José Míguez (1913-1961), el patriarca de la saga, pescador avezado que tras el paso por la motora Nuevo Unión de su padre Florentino, donde discurrirá la posguerra civil y la pesca al palangre haciéndose cargo de la motora homónima de Demetrio Travieso, prueba la faceta empresarial adquiriendo una participación en el ondarrutarra Franciscorena (Arriola 1941, 13 metros de eslora, 13.5 TRB, Mercedes 40 HP), adquirido en abril de 1947 por Balbino Sanjuán y sus socios a Francisco Aristondo para dedicarse a tarrafa y bonito. En 1960 será vendida para Castropol.

El verano de 1961 será el segundo punto de inflexión en la vida cotidiana del pueblo de Celeiro en el siglo pasado. Si en 1911 la ausencia de sardina durante varias temporadas había llevado a emigrar a cerca de cuarenta familias celeirenses a países sudamericanos, la galerna cantábrica sorprendió a la flota bonitera al norte de la Estaca de Bares golpeó y alejó a la población pescadora de esta ocupación.

Treinta hombres

Treinta hombres fue el balance negativo de los tres barcos perdidos de la flota de Celeiro. Treinta bajas que ofrecían una dimensión fatídica a la desgracia de un pueblo donde el único cadáver recuperado había sido el de José Míguez, tripulante del Todos los Santos de Manuel Buján. De la gravedad del resultado de la galerna del 61 da cuenta el Consejo de Ministros de enero de 1962, promulgando por ley la prohibición de la construcción de popas lanzadas (llamadas de pato o rabo de gallo).

José Míguez deja viuda, Dolores Salgueiro (1916-2007) «Lola da Chitona», y siete hijos. A tres de ellos los sorprende la galerna embarcados. La progresiva evolución de los cuatro hermanos mayores, Laureano (1936) Che (1938-2007) Eduardo (1940-1987) y Tino (1943), convertidos en casa armadora, es paralela al discurrir del trabajo abnegado y reconocido de su madre para sacar adelante la familia ejerciendo además de ayudante del médico Francisco Sampedro en la administración de fármacos inyectables, en una época de penurias y falta de medios. En su memoria lleva su nombre una calle en la zona del Celeiro dotacional.

Laureano Míguez, el hermano mayor, será determinante en la evolución a sociedad armadora. Pertenece a la promoción de Patrones Pesca de Altura de 1963 junto a Eusebio «Socio», Bautista Pino y Domingo «Carrizo», solo precedidos por Che «Carrizo» en la recién inaugurada Escuela Náutica A Coruña.

A finales de la década de los sesenta, en plena expansión de la construcción y adquisición de nuevas unidades, los hermanos Míguez Salgueiro optan por la compra de un barco apoyados en un socio financiero.

Patriarca San José (BI-1-2952)

Construido en los Astilleros Arriola Hermanos de Ondárroa en 1963. Montaje de los Talleres Michel para la flota de Lekeitio. Armador José María Erquiaga. De 26 metros de eslora por 6.59 metros de manga, desplaza 105.83 TRB y equipa un Echevarría de 280 HP. Comprado para Bermeo por Julián Zulueta y otros socios, es adquirido en febrero de 1967 para Celeiro por el vivariense Eugenio Pérez Cociña, propietario de un negocio de coloniales y socio de los Míguez Salgueiro. Dedicado a cerco y bonito en temporada, el invierno se ocupa en los cantiles cantábricos a volantas bajo el mando de Laureano, permanecerá en la flota de Celeiro hasta 1980, que es adquirido para Cariño por José Pérez Yáñez. En febrero de 1986 es comprado por la sociedad canaria Manavener S.A. Laboral para la pesca de túnidos en el archipiélago y en septiembre de 1988 es exportado a Panamá causando baja definitiva en el censo nacional.

Santo Niño del Remedio (BI-2-2425)

Bonitero cantábrico bajo tipología de casco. Montaje bermeano, muy utilizado en la década de los sesenta. Astillero de Julio Muruaga y equipo de Talleres Echevarría. Entregado el 23 de febrero de 1965 a Juan Cruz Larrauri y tres socios para la flota de Bermeo. De 27 metros de eslora y 6.54 metros de manga, desplaza 120 TRB y equipa un Echevarría de 330 HP. En 1972 es comprado para Celeiro por los hermanos Pérez Abadín y Míguez Salgueiro. Bajo el mando de Eduardo y Tino comparten campañas temporales con el Patriarca San José. En 1975 se vende para el tarifeño Salvador Beitia con base en Algeciras. En febrero de 1999 se hunde como biotopo al nordeste de Gibraltar a una milla de la costa de Sotogrande y su lugar lo ocupa el atunero cañero de acero Santo Niño, en activo y con base en S.C. Tenerife.

Virgen de la Barquera (ST-4-2392)

A finales de 1968 el Astillero Balenciaga de Zumaya entrega dos unidades de acero con montaje de los Talleres Guría S.A. de Pasaia, de 27.36 metros de eslora y 6.41 metros de manga, 135.5 TRB y equipados con un Deutz 500 HP. El Nueva Golondrina para la Cooperativa Pesquera La Esperanza de Luarca y el Virgen de la Barquera para la Cooperativa del Mar barquereña representada por Ángel Fernández.

El declive de las cooperativas ocasionó su venta a los hermanos Neira Fraga y dos socios más, armadores de Foz, antes de recalar en Celeiro para la costera de bonitos de 1975, donde pescarán simultáneamente los tres barcos de la empresa: Laureano en el flamante Virgen de la Barquera, Eduardo y Tino en el Santo Niño y Che al mando del Patriarca San José. La entrada en vigor de los límites comunitarios y su inclusión en el censo de volantas en 1977 lo convierten en uno de los primeros barcos con acceso a Gran Sol. Sucesivas reformas y cierres en los Talleres Seivane y Barcia de Ribadeo aumentan su desplazamiento a 139 TRB en 1983.

En 1985 pasa al Registro de Viveiro foliado FE-2-2973 y en 1988 se constituye la sociedad Hermanos Míguez Salgueiro. En 1990 se procede a un cierre total y se le instala un Caterpillar 3508. En la primavera de 1995 Talleres Cillero reforma su habilitación; se alarga con un bloque central de 2.50 metros pasando su eslora total a 31.80 metros y su desplazamiento a 210 Toneladas.

En 2001, tras un largo periplo como palangrero gransolero, es adquirido por el luanquino Alfredo Gutiérrez para la construcción del Rey de Olaya, su sustituto en el censo. En la Navidad de 2004, es desguazado definitivamente en las instalaciones coruñesas de Petrallo S.L.