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Científicos del IEO denuncian parálisis en la investigación por falta de liquidez

E. Abuín REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

Juan Manuel Serrano Arce | EUROPAPRESS

Hasta la semana pasada no se pudieron abonar facturas ni afrontar gastos

19 abr 2022 . Actualizado a las 04:45 h.

Ruina en las infraestructuras y esclerosis en el funcionamiento. La absorción del Instituto Español de Oceanografía (IEO) por parte del CSIC, que supuestamente iba a servir para que la institución que lleva la batuta en investigación en ciencia marina recuperase el pulso, no está siendo el revulsivo que la Administración suponía ni la que la entidad necesitaba, según la plantilla de científicos de la centenaria institución. Una plantilla que no pudo más que sorprenderse del anuncio de la ministra de Ciencia, Diana Morant, que la semana pasada pregonó la descentralización del IEO al repartir dos de sus tres áreas de funcionamiento (Pesquerías y Acuicultura, a Santander y a Murcia) cuando ni siquiera están todavía asentados los pilares de la integración. Afianzados quizá sea mucho decir, puesto que, como denunciaron los trabajadores en un claustro convocado de urgencia, «sigue pendiente una parte esencial de la estructura organizativa del IEO», como es la vicedirección técnica y los servicios que dependen de ella.

Pero no es solo eso. Hasta la semana pasada, los científicos tenían problemas para abordar sus compromisos porque no podían ejecutar los fondos. Llevaban casi cuatro meses con las cajas cerradas, con lo que no había forma de pagar. Jamás habían tardado tanto en abrirse. Tampoco estaban operativas las nuevas cuentas bancarias —al IEO lo han cambiado de banco—. Y esa demora no es de recibo cuando se supone que el instituto fue absorbido por el CSIC porque su estructura, de agencia, permitía supuestamente una mayor agilidad y el dinamismo necesario para actividades como las que realiza el IEO.

Pérdida de competitividad

Los científicos explican que esos incumplimientos suponen una pérdida continuada de competitividad y de confianza en los grupos de investigación del IEO. Pero, además, y es casi lo peor, de interrupción de series de datos temporales que son una de las principales riquezas del instituto. Porque muchas de las actividades de estos biólogos implican continuidad en el tiempo, como la recogida de datos en lonjas, campañas, muestreos en el litoral... Y todo eso corre el riesgo de perderse porque las cajas estén cerradas durante cuatro meses y no se puedan pagar los trabajos.

Algo similar ocurre con los encargos del Estado al IEO. Quien diseñó la integración no tuvo en cuenta las particularidades del instituto y estas no acaban de encajar en el CSIC, sostienen los científicos. Señalan que el CSIC «no tiene protocolos administrativos para gestionar las encomiendas del Estado, como el plan nacional de datos básicos (PNDB) o las estrategias marinas (EEMM)». Al parecer, la fórmula que se ha adoptado para salvar ese escollo es gestionarlas como si fueran un proyecto de financiación externa. Pero, «resulta inviable» y poco operativo, por lo que reclaman «un modelo de gestión específico que descentralice la gestión del centro oceanográfico donde se encuentre el coordinador del programa». Es por eso que preguntan si se van a crear estructuras nuevas o se va a seguir intentando encajar en el CSIC algo que, en realidad, está demostrado que no tiene cabida.

La plantilla también denuncia problemas a la hora de realizar compras centralizadas, como ordenadores o material de laboratorio; no tienen claro cómo se van a gestionar tanto los gastos de funcionamiento como los de proyectos; las redes informáticas de los centros están obsoletas e inoperativas; la mayoría de los oceanográficos son edificios antiguos a los que apenas se les ha hecho mantenimiento y están pidiendo a gritos reformas y renovaciones cuando no una nueva sede... Y morosidad: «El IEO es el único centro en el que no se ha efectuado el pago de los atrasos correspondientes al nuevo sistema retributivo de los científicos, un pago que sí se ha efectuado en los otros dos organismos públicos de investigación (OPI) incorporados en el CSIC. «¿Por qué no se abonan los atrasos?», preguntan.

Inseguridad en los responsables de gestión al desmantelarse los servicios centrales

Que se haya pensado en descentralizar el IEO antes de acabar de amarrar la estructura de base es algo que inquieta a los científicos. Más que la decisión sobre dónde ubicar la sede nacional del área que falta por asignar: la de Medio Marino. Aquellos aún sufren las consecuencias del desmantelamiento de los servicios centrales del instituto, que estaban en Madrid, y que se encargaban de los contratos menores, los de servicio, de personal con cargo a proyectos... Ahora cada centro oceanográfico debe asumir de esos trámites, explican los miembros del claustro, y son los jefes de gestión quienes asumen esa responsabilidad, pero lo hacen «sin medios, organización, información, ni la formación que un cambio tan importante requiere». No es de extrañar entonces que no se sientan seguros, porque no están coordinados con los gerentes del CSIC y, ante las dudas, muchos deciden paralizar esos trámites.

Estrés comprensible

También reprochan la escasa dotación de personal de la unidad de proyectos (UP). Con la integración en el CSIC se ha producido una mayor demanda de actividad, al tener que transferir toda la información a las bases de datos de gestión de proyectos del CSIC. Pero, a la vez, se exige a esos trabajadores que también alimenten el que era del IEO (el Sistema de Seguimiento Integrado de Proyectos de Investigación, SIPI). Toda una carga de trabajo extra para las 3 personas de esa unidad, «lo que les está suponiendo un alto grado de estrés, percibido y comprendido por los investigadores», dicen.