Patrocinado porPatrocinado por

La Guardia Civil pone en duda la versión de que al Villa de Pitanxo se le paró el motor

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

SOMOS MAR

CAPOTILLO

Tras el hundimiento del Villa de Pitanxo el pasado 15 de febrero en aguas de Terranova, con 21 fallecidos, su capitán, Juan Enrique Padín Costas, ha venido sosteniendo que el naufragio se produjo como consecuencia de la parada del motor, circunstancia que se sumó a las condiciones meteorológicas. Eso habría determinado la entrada de agua por la aleta de babor ocasionando una cada vez mayor escora.

Sin embargo, los investigadores dudan de esta versión, tal y como se interpreta de la lectura del auto por el que la Audiencia Nacional remite la causa penal por el hundimiento a los juzgados de Marín. «Sin perjuicio de un análisis pericial en el que se puedan, en su caso, examinar otros datos relativos al estado de la mar y la velocidad y derrota del buque (...), la velocidad del buque a esas horas, instantes antes de su hundimiento, suscita dudas acerca de la versión del capitán» en relación con «la parada de los motores por avería como causa determinante de la escora y posterior hundimiento del buque», recoge la resolución en la que la Fiscalía ve indicios para imputar «21 delitos de homicidio por imprudencia grave y contra los derechos de los trabajadores».

En este sentido, el mismo texto reseña que, «en el momento de dejar de emitir señal navegaba a una velocidad de 2,6 nudos. Cuatro minutos antes, cuando se produce la última emisión del sistema de localización de pesqueros vía satélite (caja azul), avanzaba a una velocidad de 4,4 nudos».

No es la única circunstancia de la declaración de Padín Costas que se pone en duda. El auto refleja que este último declaró que «dio a la tripulación la señal de abandono del buque previa colocación del traje de supervivencia y chaleco salvavidas», de tal modo que, «ya con todo colocado nos disponemos al arriado de la balsa de babor, de lo que deja encargado al primer oficial, por cuanto él se dirige a arriar la balsa de estribor, lo que consigue y embarca la tripulación».

Sin embargo, las sospechas de los investigadores apuntan a que solo se colocaron el traje de supervivencia el propio capitán y su sobrino, circunstancia que quedaría corroborada por el hecho de que ni el tercer superviviente, Samuel Kwesi Koufie, «ni ninguno de los cadáveres recuperados tenía el equipamiento de seguridad puesto».

Presiones a un superviviente

Este último, sí mantuvo inicialmente la misma tesis que el capitán con respecto a la parada del motor, pero posteriormente la modificó para relatar que «el motor no se para, sino que las maquinillas que recogen el aparejo dejaron de funcionar bien, tensando pero no recogiendo y provocando la escora». Dijo que le gritaron al capitán «que soltara los aparejos, pero este se negó, Que después, con el buque muy ladeado, se para el motor y se incrementó la escora de babor», así como «que en ningún momento el capitán dio orden de ponerse los trajes de supervivencia». Eso sí, le sorprendió que los otros dos supervivientes lo llevaran.

A la pregunta de por qué cambio su relato, Samuel respondió que «la primera declaración fue obtenida bajo presión inducida tanto por el capitán como por el armador (al que no identifica)».

Veintiún homicidios por imprudencia grave

A la vista del cambio de versión de Samuel Koufie y de las circunstancias que han podido concretarse del hundimiento del Villa de Pitanxo, la Guardia Civil de Pontevedra, según consta en el auto firmado por el magistrado Ismael Moreno, reseña que, «sin perjuicio de lo que resulte tras ulterior instrucción, se concitan elementos indiciarios que permiten imputar, al menos, veintiún delitos de homicidio por imprudencia grave (...), y contra los derechos de los trabajadores».

En todo caso, el juez de la Audiencia Nacional no se pronuncia sobre posibles imputaciones, dado que las mismas tendrían que salir de la posterior instrucción judicial, que aún no ha comenzado. Solo se limita a abordar lo relativo a su inhibición de la causa penal.

De igual modo, los investigadores dejan claro que, con respecto a la causa del naufragio, «el dato de la parada del motor es de vital importancia», de tal modo que, a falta de un informe pericial, el dato más destacable del que se dispone es el de la velocidad del pesquero minutos antes de su naufragio.