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La ayuda a un barco de Gran Sol no cubre ni la subida del gasoil en una sola marea

e. a. / s. s. REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

ANGEL MANSO

El carburante queda al margen de los gastos compensables con el FEMPA

01 abr 2022 . Actualizado a las 11:33 h.

Descuento de 20 céntimos en el litro de un combustible profesional que ya no tiene impuestos, ayudas de Estado directas para compensar la inflación desatada por el precio de la energía y los carburantes, subsidios a costa del Fondo Europeo Marítimo de la Pesca y la Acuicultura (FEMPA) por la situación de crisis sobrevenida que ha hecho mella en los costes de explotación, supresión de tasas portuarias, créditos ICO... ¿Son de verdad ayudas insuficientes para que la flota enfile la ruta de una rentabilidad ahora en peligro? «Non chegan a nada», dice rotundo José Antonio Pérez, patrón mayor de Ribeira y presidente de la Federación Galega de Confrarías.

Porque esa panoplia de acciones tiene muchas dobleces. La más importante es la del artículo 26 del FEMPA, que se ha traducido al español en el artículo 34 del decreto de medidas. Entre los sobrecostes subvencionables figuran el cebo, el hielo, los envases, los embalajes, el transporte de los productos, el lubricante. ¿Y el combustible? No, no está el combustible. No figura como insumo que puede ser compensado por una situación de crisis sobrevenida como la desatada por la invasión de Ucrania. «Se estivera incluído, a cousa sería distinta», apuntan desde el sector de A Mariña. Pero, como no lo está, y sin opción de repercutir esa subida de costes en el precio del producto, que se subasta en lonja, la posibilidad de mitigar ese sobrecoste queda limitada a los 20 céntimos que le descontarán a todo aquel que pase por un surtidor de combustible —sea un conductor, un patrón de yate o un profesional de la pesca que tenga la encomienda de abastecer de alimentos a la población— y a los subsidios directos.

Unas ayudas del Estado que se otorgan en función de las GT y que es posible que sean suficientes para cubrir el desfase en los gastos de explotación de un rañeiro en una embarcación de marisqueo, pero que ni por asomo llega para tapar el agujero que el gasoil ha hecho en la cuenta de un barco de Gran Sol o un arrastrero de litoral. Ni siquiera palía los de un cerquero.

El doble de gasto

Dejando aparte las unidades más grandes, en un segmento que recibirán en torno a los 13.000 euros, la mayor parte de los gransoleiros se sitúan en la franja de los que recibirán entre 6.873 y 8.387 euros. «Nunha marea, un barco do Gran Sol gasta entre 18.000 e 20.000 litros. Se en xaneiro, co gasoil a 0,50 euros, requiría un desembolso de 9.000 a 10.000 euros, agora, co litro a un euro, o custe é de entre 18.000 e 20.000 euros», expone un afectado. Es decir, la ayuda directa no cubre ni tan siquiera el sobrecoste de una marea.

La situación es más sangrante en el caso del arrastre de litoral. Consumen medias de entre 2.000 y 3.000 litros diarios, dependiendo de si pescan solos o en pareja. Antes de que el impacto de la guerra disparase los precios del carburante, la factura era de 1.000 y 1.500 euros. Ahora, justo del doble, de 2.000 a 3.000 euros diarios, con lo cual los 6.873 euros de ayuda que percibirá cada uno por su tonelaje ni siquiera los resarcen de lo que pagan de más cada tres días por el combustible.

Eso, sin contar que, como la inmensa mayoría de los subsidios públicos, los de la pesca están supeditados a que no se esté en deuda con la Administración y a no tener expedientes por falta grave en los cinco años anteriores y los cinco siguientes, lo que conllevaría tener que devolver todo lo recibido, por lo que «todo o mundo está inquedo».

Los buques esperan a hoy para repostar y ahorrar 20 céntimos

Las empresas de suministros de combustible en los puertos gallegos estaban ayer en la misma tesitura que las gasolineras a pie de carretera: con un desconocimiento total sobre cómo aplicar y contabilizar ese descuento universal de 20 céntimos. «A esta hora (las 14 de ayer) todavía no sabemos cómo tenemos que hacer», confesaba un trabajador de un surtidor de puerto. Las multinacionales petroleras traían de cabeza a los servicios informáticos para adaptar el sistema, pero están listos para abastecer hoy a barcos de bandera española que pospusieron el repostaje a la espera de las rebajas. Queda por aclarar si el descuento se aplica a aquellos buques españoles que llenan sus tanques en empresas españolas en otros países.